domingo, 27 de diciembre de 2009

El último sabelotodo

Columna publicada en El Heraldo, Revista Dominical, el 20 de diciembre de 2009.



“José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que el ingenio de la naturaleza, y aun más allá del milagro y la magia, pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra“.

Así nos presenta García Márquez al patriarca de su mito fundacional. Las páginas siguientes nos cuentan como José Arcadio estaba interesado en Todo: en la alquimia, las lupas, los imanes, y el descubrimiento de que la tierra era redonda.

Ese era el héroe de la modernidad, el polímata, el hombre que, fascinado con el conocimiento, quería condensarlo todo en su cabeza.

La Costa Caribe colombiana tiene grandes ejemplos de hombres que eran sabelotodos; enciclopedias ambulantes como no se verán nunca jamás. Hombres como Alberto Assa, educador, traductor, humanista (que es otra palabra para todero), dominaba el alemán, el español, catalán, inglés, flamenco, ladino y francés. Fundó el Instituto de Lenguas Modernas, la Escuela Superior de Idiomas, la Universidad Pedagógica del Caribe, el Instituto Pestalozzi, la Facultad de Educación de la Universidad del Atlántico, y donó su cadáver para las prácticas de los estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad Libre de Barranquilla. Assa dedico su vida a fomentar la educación en Barranquilla, pero ninguno de sus pupilos llegó a saber tanto como él o como alguno de los sabios de principios de siglo de la ciudad.

Entre otros muchos polímatas locales están Julio Enrique Blanco, uno de los iniciadores de la filosofía moderna en Colombia, José Felix Fuenmayor, periodista, político y escritor, al igual que Karl Parrish, Ramón Vinyes, Carlos Flórez y Amiro Támara Merlano.

El lector coincidirá conmigo en que estos eran hombres de otra época. Dudo mucho que alguien de mi generación pueda alcanzar un rango tan variado de conocimiento. Los polímatas han muerto. Fueron un invento de la época moderna. Eso de que la juventud de hoy no lee ni se concentra no es un mito. Ante la multitud de estímulos de la vida de hoy un conocimiento profundizado solo puede darse, si acaso, en una sola área.

En el Renacimiento había hombres como Leonardo da Vinci, quien incursionó en una diversidad de campos que iban desde el arte hasta la física. Con el paso de los años los polímatas han ido delimitando sus campos de acción e interés, pues la humanidad ha acumulado tantos conocimientos, de una profundidad tan aguda, que difícilmente se puede innovar en un área específica, mucho menos en varias.

En el Renacimiento estaba todo por saberse, y, además, hay que decirlo, Leonardo no tenía televisión. Hoy en día nadie puede ser un polímata porque los campos de conocimiento se han especializado tanto que si la empresa por saberlo todo era una quimera en la modernidad, hoy en día es un craso imposible.

No estoy diciendo que todo tiempo pasado fue mejor. Todo tiempo pasado fue diferente. Que hoy en día nadie pueda reunir tal cantidad de conocimiento en un mismo cerebro no quiere decir que la educación haya desmejorado, lo que muestra es que el conocimiento tambiénpuede ser almacenado en una enciclopedia externa a nosotros, infinita y casi omnipresente: Wikipedia. Esto quiere decir que hoy en día podemos saberlo todo, pero porque cada uno sabe una pequeña parte y casi todos estamos interconectados. El conocimiento de hoy es un conocimiento de referencia que resulta de fácil acceso para todos.

CONOCE TUS MASAS. En su libro del 2004, Sabiduría de las Multitudes: cómo los muchos son más inteligentes que los pocos y cómo la sabiduría colectiva forma empresas, economías sociedades y naciones, James Surowiecky habla de cómo las decisiones grupales son mejores que las individuales. Cuenta una anécdota en la que Francis Galton, polímata inglés (era antropólogo, explorador tropical, geógrafo, inventor, meteorólogo, proto-genetista, y tenía amplios conocimientos en psicometría y estadística), se sorprende cuando el público.

en una feria rural logra adivinar el peso exacto de un buey cuando se promedian todas las aproximaciones individuales. La anécdota muestra cómo ni la predicción más educada de un individuo resulta menos acertada que la que viene de la sabiduría de masas.

La dispersión del conocimiento en el mundo contemporáneo puede obligarnos, cada vez más, a tener que tomar decisiones colectivas. En última instancia, la muerte de los polímatas puede ser buena en la medida en que significa que el conocimiento está más ampliamente distribuido y, según Surowiecki, esto permite tomar mejores decisiones.

HAY UN PERO. No todas las multitudes son aptas para tomar buenas decisiones. Surowiecki dice que una multitud sabia necesita: Diversidad de opinión para poder encontrar varios puntos de vista y generar un proceso dialéctico que permita llegar a un consenso.

Si todos piensan igual, sus ideas se vuelven estáticas mientras el mundo cambia constantemente, y una idea que ya no se relaciona con su entorno se vuelve obsoleta. Las multitudes sabias también necesitan Independencia, esto, en términos de Kant, es la “mayoría de edad”, es decir, servirse del entendimiento propio sin la guía de otro. También necesitan Descentralización: el traspaso del poder y toma de decisión hacia núcleos periféricos de una comunidad; e Inclusión: lo que impide que solo una pequeña oligarquía tome las decisiones.

Precisamente porque venimos de un mundo de polímatas los ámbitos de toma de decisiones suelen ser grupos pequeños y cerrados de poder que ignoran a las multitudes, porque ellas caen ante el ¡opio!, o cualquier placebo que les permita no informarse y participar en su futuro.

Después de todo es cierto que en Colombia no cumplimos las condiciones de una ‘multitud sabia’. Nuestras masas se caracterizan por su homogeneidad, su respuesta favorable a la centralización, su ‘minoría de edad’ y emocionalidad.
Ante este tipo de multitudes parece apenas razonable que algún polímata asuma labores de mesías, de líder, de patriarca, como Aureliano Buendía en Macondo. Pero ya no son los tiempos de Aureliano y los polímatas no existen. Hoy en día no se trata de acumular conocimiento sino de tener acceso ilimitado a él, y saberlo manejar.

Existen facilidades para tener una multitud ilustrada, el conocimiento por Internet es de libre acceso, y se podría pensar en inculcar a las generaciones venideras valores como la curiosidad, la iniciativa, y el pensamiento independiente (valores de polímata). Entonces no necesitaremos un gran y único líder del rebaño, un gran salvador, un patriarca, un patrón. Nuestra independencia está al alcance de nuestras manos, es solamente tomar la decisión de convertirnos en una multitud sabia, que aproveche la dispersión del conocimiento para unir fuerzas y ser, en conjunto, una comunidad más justa y más innovadora que el mayor sabelotodo del mundo

Carta abierta a María Alejandra, Natalia y Ángela María Ordoñez

Columna publicada en la sección de Opinión de ElEspectador.com el 4 de diciembre de 2009.


María Alejandra, Natalia y Ángela María:

Les escribo porque me intriga saber qué piensan de la demanda que ha interpuesto la Procuraduría para sacar del mercado la Píldora del día después, o Postinor, alegando que es abortiva. Quiero saber qué piensan ustedes, no lo que piensa su papá, porque este es un problema entre ustedes y yo y todas las chicas de Colombia en edad reproductiva que tenemos sueños y planes de vida, y úteros.
Lo que piensa su padre no me importa. A él no le ha venido la regla, no ha tenido un retraso, no ha cruzado fuertemente las piernas ante la impresión de ver el video de un parto en el colegio, no teme a las estrías, no ha dado ni dará de mamar y su barriga solo es tierra fértil para el tejido adiposo.
Estoy segura de que ustedes, como yo, saben de una de sus amigas cercanas que haya abortado, y estoy segura de que aun la quieren y no la condenan como a una asesina. Imagino que si es una amiga cercana saben de la difícil decisión que fue abortar, física y emocionalmente, sabrán del frío y la maluquera que producen las pepas abortivas o del infinito desagrado de un aborto quirúrgico, de sus líos para conseguir un lugar seguro donde realizarlo, de su tristeza y de su valentía por tomar esta decisión.
También estoy segura de que conocen y quieren a más de dos mujeres que han tomado la píldora del día después, tal vez ustedes mismas se han encontrado o se hallarán en la necesidad de hacerlo. Se habrán enterado entonces de que una pastilla del día después es diferente de la pepa abortiva. La segunda produce contracciones que expulsan al feto, a veces sin éxito, y la pastilla del día después es una sobredosis de anticonceptivos que previene que el óvulo se fecunde o que se pegue a la pared del útero. Saben también que una vez fecundado el óvulo, es poco probable que el Postinor impida el embarazo, es más, de pronto conocen a alguien que quedó embarazada aun a pesar de tomar la pastilla, seguro que sí, yo conozco a dos.
Creo que ustedes, como yo, quieren tener la posibilidad de escoger quién será el padre de sus hijos, en el caso de que quieran tenerlos. Creo que también les gustaría llegar a la maternidad porque lo decidieron y están preparadas, no por error. Sé que ustedes, como yo, de ser posible, no quieren pasar por el terrible percance que es tener un aborto. Sé que como yo y como todas, un día se equivocarán, no se aguantarán las ganas, o se les olvidará el anticonceptivo, o se morderán el labio mientras él les dice que el condón se rompió. Pienso que entonces querrán echar el tiempo atrás, ctrl+z, abrumadas ante las imágenes de lo que se viene si quedan embarazadas. Debe ser muy difícil encontrarse en una situación así, más aun con un padre como el suyo, y no las juzgaría si quisieran correr a la farmacia, antes de 72 horas.
Imaginen que son alguna de las mujeres de Colombia estrato uno y dos, menores de edad, sin condiciones para criar un hijo. Ahora díganme si en ese caso no les gustaría tener la posibilidad de acceder gratis a una pastilla del día después.
Me dirán que porqué lo vuelvo personal, pero es que ¡es personal! es mi problema y su problema, es algo tan íntimo como la relación que tenemos con nuestros propios cuerpos. Es personal porque sus úteros son suyos, y mi útero es mío y no del Estado. Por eso les pido su respuesta y las tuteo. ¿Estarían dispuestas exponerse a la incertidumbre de un embarazo (que les puede joder la vida) por un error del que pueden o no ser culpables?

sábado, 26 de diciembre de 2009

Feliz 2010

martes, 15 de diciembre de 2009

La estupidez también es un crimen

Unabomber FBI Sketch (as woodcut)
Digital poster, 2005



Columna publicada en la sección de Opinión de ElEspectador.com el 4 de diciembre de 2009.

Creo que Nicolás Castro, un estudiante de 23 años que creó un grupo en Facebook en contra de Jerónimo Uribe no tenía pensado materializar sus amenazas. Baso mi deducción en el sentido común.

Quienes se ponen en la bobada de hacer un grupo en Facebook contra Jerónimo Uribe, tienen 23 años, y estudian artes en la Tadeo; usualmente están vaciados, preocupados por el futuro sin trabajo que se viene y por salir a tomar el viernes. Además creo que alguien que tuviera planeado llevar a cabo acciones contra Jerónimo Uribe no las contaría en Facebook tan a la ligera.

Miguel Olaya, fiscal antiterrorismo, acusa a Castro de “intentar persuadir a otras personas para que asesinaran al hijo del presidente”. Esto me preocupa porque quiere decir que a uno lo pueden encanar con una acusación que tiene dos verbos como “intentar” y “persuadir” cuyas acciones recaen apenas en el campo de la posibilidad. Otra cosa sería si lo acusaran de “haber convencido a Sutanito” (Sutanito como nombre propio, más específico que el “otras personas” del fiscal) para que matara a Jerónimo, y Sutanito efectivamente llevara a cabo un atentado contra la vida del delfín.

Pero bueno, es cierto que no es prudente ni sabio andar por ahí diciendo que uno se compromete a matar a alguien, menos al hijo del presidente, pues por amenaza se pueden imputar cargos, que es lo que asumo que ocurrió con Castro. En el articulo 347 del código penal colombiano dice “El que por cualquier medio apto para difundir el pensamiento atemorice o amenace a una persona, familia, comunidad o institución, con el propósito de causar alarma, zozobra o terror en la población o en un sector de ella, incurrirá, por esta sola conducta, en prisión de uno (1) a cuatro (4) años y multa de diez (10) a cien (100) salarios mínimos legales mensuales vigentes.” ¿Tenía Castro la intención de causar terror o zozobra? Yo no creo, pero es apenas comprensible que Jerónimo se queje con su papá porque otros niños lo odian; todos lo hemos hecho alguna vez, pero frente a padres que no podían hacer nada al respecto.

Castro no debe estar hablando de matar a nadie, sobre todo si no tiene los medios para llevar acabo una acción contundente, el mismo dice “solamente soy un estudiante, no soy criminal ni terrorista.” Aun así el miércoles se le dictó medida de aseguramiento sin beneficio a excarcelación, después de haberlo detenido gracias a un operativo de la Dijín (imagínense ustedes, ¡un operativo!) en Chía. Más que neutralizar a su enemigo mandándolo a la cárcel, pienso que Jerónimo debería sentarse a pensar por qué le cae tan mal a alguien como para que le hagan un grupo en Facebook en su contra. También sería bueno que el abogado, Jaime Lombana, el mismo que defendió exitosamente a Jerónimo cuando lo acusaron de plagio en los Andes, nos explique, en honor a la libre expresión, qué palabras debería usar un joven para hacer un grupo legalmente funcional en Facebook que expresara sus deseos de ver “desaparecer” al hijo del presidente.

En realidad la falta de Castro ha sido ser tan lengüilargo y me asusta que eso pueda provocar una medida de aseguramiento, sobre todo, porque en este país habladores, que se enorgullecen de su malicia indígena y de “poder vender hasta los papás” no hay cárceles suficientes para todos. ¿Qué será entonces de Pachito Santos que sale con cada ocurrencia, o peor, de nuestro presidente que, según me entere por Internet, amenazó a Luis Fernando Herrera con “darle en la cara, marica”?

Si nos tomamos en serio todas las amenazas pendejas que corren por ahí entraríamos en una cacería de brujas que sería terriblemente injusta y dispendiosa, pero también haría las delicias del morbo de los colombianos de paladares antropófagos (un gusto heredado, seguro, de los ilustres inquisidores de la colonia). Pero no. Afortunadamente no se le hace caso a todas las amenazas tontas porque si eso fuera así habría muchos encarcelados por amenazar en Facebook a Piedad Córdoba.

Hay procesos judiciales y operativos de la Dijín que serian mas útiles para la comunidad que arrestar a Nicolás Castro, hay políticos cafres que roban plata y dejan a otros colombianos con hambre pero ninguno ha cometido un crimen tan tonto como Castro, por eso él está encerrado, y ellos no. Lo que este caso evidencia es que 1. Que nadie tiene claro como dirimir entre una amenaza real y un insulto grandilocuente. 2. Que ante la duda, se procesará solo a quienes amenacen a gente importante y 3. La estupidez también es un crimen.

Esto último es terrible porque la justicia colombiana ya tiene las manos llenas con el crimen, como para ponerse por ahí a combatir la estupidez.

Perros y gatos



En octubre el gobierno iraní liberó al periodista Maziar Bahari, detenido pocos días después del comienzo de las manifestaciones postelectorales de junio pasado. Bahari fue acusado de ser un espía de la CIA, el MI-6, Mossad y “Newsweek”, revista americana para la que trabaja. Fue retenido por el IRGC, Cuerpo de Guardia Revolucionaria Islámica, una unidad poco conocida antes de las elecciones.

Estuvo retenido por 118 días. Su torturador lo consideraba americano aunque fuera canadiense. Le contó cómo sus hermanos se habían especializado en “romper el alma de un hombre sin usar mucha violencia contra el cuerpo”. Lo encerraron en una celda de 20 pies cuadrados que parecía una tumba, lo interrogaron sobre las fiestas a las que había asistido que debían ser “como tener su propio New Jersey en Tehran” en donde urdían planes para “erradicar la religión pura de Muhammad y reemplazarla con el Islam americano, el Islam de New Jersey”. Algunos de los argumentos que sustentaban su cautiverio incluía frecuentar mujeres sin velo, ser amigo de intelectuales y artistas iraníes (espiás según el guardia) y haber sido entrevistado en The Daily Show, un programa de comedia política estadounidense.



Es evidente que el asunto fue un malentendido, pero a Bahari no le fue posible convencer a sus captores y sólo lo liberaron gracias a la presión internacional. El problema fue básicamente que un mismo gesto, ej. “que una mujer no use velo”, es interpretado de maneras diametralmente distintas en dos culturas. Si no hay un conocimiento de la otra cultura no hay traducción posible, sin un conocimiento previo del contexto cultural, el captor de Bahari no puede comprender que Newsweek es una revista y no una organización americana para el espionaje.

Este incidente me recordó un capítulo de un libro de Vitus B. Dröscher (un zoologo popular en los 70) Hay que aullar con los lobos. En uno de los capítulos del libro Dröscher habla sobre por qué no se entienden los perros y los gatos. Según Dröscher, el enfrentamiento perpetuo entre perros y gatos se debe a un problema de lenguaje. Cuando los perros estiran sus patas delanteras y levantan y mueven la cola, esto indica que quieren jugar. Cuando los gatos lo hacen, esta posición indica una amenaza. Cuando los gatos ronronean suavemente quieren cariño, mientras los perros entienden esto como un gruñido. Cuando perros y gatos se crían juntos no tienen estos problemas de lenguaje y se llevan bien, al menos según Dröscher.

Gringos e iraníes se comportan, en este caso, como perros y gatos, pues lo que unos hacen con fines cómicos los otros lo interpretan como una afrenta. Si ambas culturas tuvieran una mejor comprensión la una de la otra probablemente se resolverían muchos problemas.

La mayor dificultad que solo una minoría tiene suficientes conocimientos culturales y/o herramientas para entender al otro. Pero los soldados, los que se encuentran cara a cara en la calle, fundan su comportamiento solo en paradigmas culturales. Así como los captores de Bahari estaban convencidos de que New Jersey era un paraíso del consumismo y el pecado, occidente está convencido de muchas otras afirmaciones sobre oriente, como “que son el enemigo terrorista del imperio”.

No me crean tan hippie. La diplomacia cultural no va a solucionar todo, pero la enemistad cultural es también lo único que podemos combatir desde lo cotidiano. Tanto los iraníes como los estadounidenses se identifican el uno al otro como barbaros. En realidad, ser civilizado consiste en entender que lo bárbaro no existe.



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Me gusta pensar en soluciones como la educación diplomática en pequeñas esferas, en que cada individuo pueda hacer un microejercicio de diplomacia. Y comenzare por dejar de creer que las casas en Venezuela están todas pintadas de color curuba.

Va va voom


Cuando Eva, en toda su sensual perfidia, obnubiló a Adán para que probara la manzana, se inventó la femme fatale. Al parecer el pobre Adán, no sabiendo con cuál cabeza pensar, decidió desobedecer a dios, y como consecuencia lo obligaron a trabajar, todo por una chica de cuya desnudez ahora era consciente y que prefería ver cubierta para evitar tentaciones, e impulsos que se volvían irrefrenables ante un par de tetas.

En nuestra cultura nos han enseñado que es la mujer la que se debe cubrir, pues mostrar su cuerpo es una invitación, no solo a que la miren, si no también a que la toquen, como si su desnudez la revelara como un objeto. News flash: las mujeres son sujetos hasta cuando están desnudas.

La Archidiócesis de México publicó en Internet una “ficha de valores” sobre el pudor en la que recomienda a las mujeres católicas que, para evitar agresiones sexuales, no usen “ropa provocativa” ni entren en “conversaciones o chistes picantes” con personas del otro sexo. En estos consejos “prácticos” se llega a asegurar que la pornografía es una “prostitución mental”.

“Si quieres evitar una agresión sexual… No uses ropa provocativa… Cuida tus miradas y tus gestos… No te quedes sola con un hombre, aunque sea conocido… No permitas familiaridades de tus amigos o parientes… No admitas pláticas o chistes picantes…”, afirma la archidiócesis en una ficha que se usó como material preparatorio previo al VI Encuentro Mundial de las Familias que se celebró en México en enero de 2009. Fue escrita por el sacerdote Sergio Román del Real, y publicada en la página electrónica del semanario católico.

“Cuando exhibimos nuestro cuerpo sin recato, sin pudor, lo prostituimos porque provocamos en los demás sentimientos hacia nosotros a los que no tienen derecho, a no ser que deseemos ser propiedad pública, es decir, que nos prostituyamos aunque sea mentalmente”, sostiene el sacerdote. “Eso es la pornografía: una prostitución mental”, añade.

Esto es una barbaridad por el simple hecho de que no hay nada que podamos hacer para que nuestro cuerpo sea “propiedad pública”, hasta una prostituta es dueña de su cuerpo, es un sujeto. Bueno, diràn ustedes, los curas siempre dicen esas cosas. Pero al menos ellos dicen lo que piensan. Muchos, que se las tiran de igualitarios también entienden la poca ropa en las mujeres como una provocación.

En Brasil, país famoso por sus garotas topless, expulsaron de la universidad a una estudiante de 20 años, que fue perseguida y humillada por sus compañeros por ir a clase vestida con minifalda.

El asunto ocurrió el 22 de octubre en la ciudad industrial de Sao Bernardo de Campo, vecina a Sao Paulo. La joven, que acababa de iniciar sus estudios en la Escuela de Turismo, abandonó la universidad llorando, escoltada por funcionarios y por agentes de la policía militarizada.

La Universidad Bandeirantes aumentó el escándalo al confirmar que ha decidido expulsar de sus filas no sólo a uno de los alumnos que participaron en la persecución de la chica, sino también a ella.

Decir que la estudiante instó, con su minifalda, al mal comportamiento de sus compañeritos de estudio suena como a cuando los curas le echan la culpa a “las pintas provocativas” por el aumento de violaciones a mujeres.

Si a uno le parece que alguien se viste feo, lobo, de mal gusto o inapropiadamente es problema de uno. A uno le puede caer mal, y entonces uno mira para otro lado, pero hacer un juicio de valor sobre una persona por la ropa que tiene puesta es una invasión de espacios. Peor, es un acto de arrogancia e ingenuidad, es pensar que esa otra persona se viste para uno, y que uno está en una posición superior que le permite saber qué es lo mejor para el otro.

¿Qué habrá movido a los estudiantes e Bandeirantes a masificarse en contra de una chica en minifalda? ¿Le tuvieron miedo a sus piernas? ¿A sus curvas todo poderosas? Lastimosamente nadie es tan irresistible, la femme fatale no existe y ningún hombre esta irremediablemente a su merced. Todos podemos escoger controlar nuestros más oscuros instintos y ser respetuosos con los demás y entender que si sus acciones no invaden nuestro espacio no tenemos que invadir el suyo. Es decir, podemos escoger no ser tan sapos, y respetar las libertades individuales, y recordar, sobre todo, que haga lo que haga una persona sigue siendo una persona, y nada en su comportamiento justifica objetizarla.

Déjenme sana


http://www.flickr.com/photos/24966308@N06/

Un trofeo de sala, diciembre de 2006.

Yo soy un trofeo de sala. Muy buenas notas en el cole y en la universidad, dos carreras, lindas piernas. Soy responsable. Tengo relaciones estables. A veces me siento gorda.

Me gustan las flores, y el mar y los arco iris y los libros. No fumo.

Todo esto lo sabe mi mamá. Todo esto lo saben sus amigas que me quieren casar con sus hijos. Lo que no saben ninguna de las dos es que a mis tardíos 24 he desarrollado un gusto por las drogas.

Y entonces ¿por qué, una niña como yo, con un “futuro por delante” de buena familia y sin ninguna necesidad básica latente se echaría par plums en una rumba?

La primera respuesta podría ser culpar a mis malas compañías. Pero estas malas compañías han estado siempre ahí. Me emborrache con mis amigas del colegio por primera vez a los 12 y no soy una alcohólica. (Tengo que confesar, sin embargo, que este texto me hace dar ganas de una cerveza). Un mancito con el que salía me ofreció cigarrillo por primera vez a los 15, lo probé y no me gusto y hoy no fumo. Mi novio de la adolescencia tenía un desenfreno deliberado por probarlo todo. Yo no lo hice.

Consumir, en mi caso, es una decisión que tome a los 24, sin vestigios de la rabia adolescente. Una que era necesaria para poder autotildarme de marihuanera, pues no es como si uno se quedara pegado con su primer contacto con las drogas. Las drogas son ungusto aprendido como el café y el cammenbert. Me tomo un año al menos trabarme por primera vez y no se fumar directamente del cigarrillo. Para ser una marihuanera se necesita mas fuerza de voluntad que para no serlo. El dolor de garganta de los primeros plums es suficiente para desistir.

¿Que me pueden hacer daño? Claro, tanto como el smog y el trabajo en exceso. ¿Que puedo rumbiar sin?, por supuesto, sin embargo me divierto un poquito mas rumbiando con. ¿Que cada cuanto me dan unas ganas que se sienten malévolas? cierto, y me preocupa. A mí, sin embargo, antes que despertarme sentimientos de culpa, me alegra haber probado las drogas, yo siento que era algo que tenía que vivir para entender muchas cosas sobre mi y sobre el mundo. Ya no tengo esa miradita juzgante e ingenua que a veces se me salía y que aun en mis años de extrema sobriedad me molestaba. Probar las drogas para mí fue una decisión clara, conciente, que tomó tiempo. Una decisión sustentada en Nietszche y en Bergson. Una decisión que no me hace perder mi estatus de trofeo de sala y que no me impide levantarme por la mañana a trabajar. Que me ha dado, eso si, buenas rumbas y buenos orgasmos. Y también sí, que conlleva el peligro latente de ser una decisión sin vuelta atrás, por que yo también soy conciente de mis tendencias adictivas pero estas tendencias están dentro de mí y no creo que me les pueda escapar sustrayéndome del mundo. He sido conciente de esto desde hace mucho tiempo, y me espere a los 24, cuando me sentía suficientemente fuerte para encararlas. Tal vez las drogas para mi sean una etapa. Tal vez me terminen volviendo mierda. Tal vez me convierta en una consumidora conciente y responsable. En realidad no se. Pero al menos ahora también puedo hablar de ese oscuro pedazo de mí, que ni yo ni nadie vemos cuando tomo onces en la sala. Una oscuridad que se aclara cada vez más porque la estoy conociendo íntimamente a medida que las drogas y yo vamos midiendo fuerzas.



Si usted, como yo, no quiere que gente que no lo conoce dictamine sobre su salud mental, suba su video a www.dosisdepersonalidad.com y únase a la nueva campaña “Déjenme sano”.

jueves, 26 de noviembre de 2009

El chocoloco bogotano



Publicado en la revista Cartel Urbano, No 29, Bogotá, noviembre de 2009.

Te levantas a medio día y enciendes tu iPhone para encontrar rápidamente un link curioso con el que puedas saludar al mundo. Prendes entonces tu Pielroja y miras malgeniado por la ventana de tu apartamento de La Soledad, que pagas con tu trabajo como freelance y con una ayudita de tus papás, que entienden que, en la carrera creativa que estudiaste, la plata llega tarde y hay que dedicar buen tiempo al ocio porque si no, no aparecen las ideas ni se puede pasar el guayabo con tranquilidad.

En realidad, tu vida es tranquila, las cosas van bien, tu piercing expansor ya tiene como 5mm, estás flaco, y el corte de pelo irregular resalta tus defectos con ironía. La vida está llena de color, como un mural de Excusa2, pero tú no eres feliz, Uribe va para un tercer periodo, y ese man está en contra de la legalización, y del aborto; además, todo el mundo ya se copió de las mismas gafas Rayban que usas porque ahora las venden en todas las esquinas a 10.000. Tu postmomiseria se ve acrecentada porque la noche anterior, después de Mai Lirol, el portero de Invitro no te reconoció, y te tocó pagar la entrada y gorrear trago y otras cosas por ahí. Por eso el guayabo.

Vas a la cocina y te sirves un tinto negro, de un sabor tan amargo como caer en cuenta de que todo lo que quieres hacer ya se lo inventó Duchamp. Después te bañas, te calas una camiseta con la ilustración de un casete, porque los ochenta son tan chéveres, y claro, unos Converse. Te toma un rato escoger de entre tus cinco pares cuál pega con los jeans que te vas a poner.

Tu roomate ha puesto The Killers a todo volumen y se da besos tibios con una chica que ahora tiene las medias de tu ex, porque las medias rotan al mismo ritmo que las venéreas. Tú le gustaste una vez y la hiciste la portada de ese fanzine vegano que fracasó porque se dañó la fotocopiadora, y por eso dejó de quererte y no volvieron a tener esas dates en Crabs; claro que como Crabs ya cerró, hoy irían mejor a una exposición en La Residencia y comentarías cuánto quieres tener esos libros que no te puedes comprar, afortunadamente, porque no te los vas a leer.

Te pones los audífonos y sales a la calle. Bogotá es una chimba porque es fría y oscura como Londres, sólo que últimamente hace un sol que delata que Chapinero no forma parte de una ciudad del primer mundo. Sientes que el centro te llama y coges un bus. Al pasar por la plaza de toros, recuerdas con amargura ese libro de Foucault que te leíste, el que citas en todas las fiestas, no sabes muy bien por qué, pero ya es hora de que leas Lukács, porque alguien habló de él el fin de semana pasado, y a todos les gustó. Decides que vas a parar en la Lerner a comprar algo de él.

El libro es caro y la vida es una mierda. No vas a tener plata para ese mural de vinilo que quieres poner en tu oficina. Almuerzas en el restaurante árabe de ahí al lado del Icfes porque es barato y sólo alguien como tú reconocería un restaurante modesto y exótico que fuera realmente bueno. Cuando llegas al restaurante te encuentras Cartel Urbano, que te parece muy bien que sea gratis porque la libre información es el futuro del impreso, y en esta edición sale una amiga tuya que diseña ropa.

Vuelves a tu casa, donde tu roomate te cuenta que su chica lo acapara, y maldices entre dientes haberla oído gritar anoche y le aconsejas que la deje.

El día ha pasado como cualquier otro, has reafirmado satisfactoriamente tu identidad a través de esas preferencias tan tuyas; no te caes mejor que ayer, pero para eso está el antidepresivo. Así que frente a tu computador trabajas y chateas hasta medianoche, y pides un domicilio a La Hamburguesería. La comida de allá es buena, pero es mejor pedir, porque el restaurante se la pasa lleno de chocolocos.

Buscando novio por Internet

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domingo, 22 de noviembre de 2009

Ajá porque ajá



Imagen vía http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/BancoConocimiento/R/rdaja/rdaja.asp?CodSeccion=3

Publicado el 22 de noviembre de 2009 en la revista Dominical del periódico El Heraldo.

En realidad el ‘ajá’ costeño tiene 3 sentidos. En su primera acepción se dice ‘ajá’ cuando por fin te dan la razón o entiendes algo. En su uso epifánico, usualmente se alarga la segunda vocal: “Ajaaaaá”. Esta primera forma del ‘ajá’ es bastante comprensible, e incluso usada en varias regiones colombianas.

En su segunda acepción el ajá es un reclamo poco serio. Se dice“¿ajá y tú qué?” para llamar la atención de algún interlocutor (figura) con un delicado aviso de atención, que el aludido suele entender, según sus culpas personales, como “por fin te encuentro”, “por qué estás tan perdido”, “eres un acabarropa’ (sinvergüenza)” et al.

Su tercera acepción es tal vez la más complicada. Este ‘ajá’, el explicativo, es el que se usa cuando se contesta “porque ajá”: “Yo estaba saliendo con esta pelaá, pero ajá, tú sabes cómo es la cosa ahí y ajá, yo no iba a decirle nada”.

De esta afirmación puede deducirse que el emisor estaba saliendo con una joven, pero terminaron su agremiación debido a un problema recurrente de ella, que el emisor ya ha señalado repetidamente y que debido a su orgullo, no le reclamó ni reclamará más. Y esto es solo lo deducible de la frase. Podemos asumir que el receptor conoce al emisor, y por tanto, tiene información previa que marca los bemoles de los ‘ajá’ explicativos de la frase.

El ‘ajá’ explicativo exige que el interlocutor saque la información del contexto reciente. En esta acepción, el ‘ajá’ es una especie de acuerdo sobre lo de lo fundamental, es decir que quienes participan de la conversación están de acuerdo sobre unas premisas básicas sobre las cuales no hay que elaborar mucho. ¿Y cómo se llega a este acuerdo?

El acuerdo viene configurándose desde hace mucho, es étnico e histórico, es una exigencia del territorio que pide poner atención al contexto. Esta exigencia se convierte en una habilidad cuando se ha crecido en la región costeña, que está sumamente familiarizada con lo verbal, y funciona mejor con significados móviles, que son propios de la oralidad rural. Esta región, con pueblos de tejas de zinc y calles de tierra, manifiesta sus ideas con su cuerpo y su voz. Por eso hay una tradición musical tan consumada.

El lenguaje escrito agrega una importancia inmerecida al texto, tiene diccionarios y gramáticas, el lenguaje parece gobernado por un código, un código que consiste en un set de estrictas reglas escritas, ortografía, semiótica etc.

El resultado es que la gente olvida que se aprende a hablar antes de aprender a escribir, la secuencia natural se reversa. Olvidan también que las palabras son algo local, etnológico y etnográfico.

A diferencia de muchas palabras que tienen pretensiones de universalidad, el ‘ajá’ costeño es totalmente local, entenderlo es casi un santo y seña entre nosotros, los costeños colombianos.

Entenderlo marca la pertenencia a un grupo étnico, a un clan. También marca cierta distancia de las culturas urbanas, que, a diferencia de los territorios rurales, necesitan mayor precisión, más legislación, tantos significados precisos. Como si a más concreto se necesitara más concreción.

Tal vez esa es la dificultad que tienen culturas que se apoyan en lo escrito para entender el término. ‘¡Ajá!’ es una expresión que refleja un “darse cuenta” de algo, es la exclamación relacionada con un estado cognitivo-emocional cuando, ante un problema, las cosas se organizan de manera súbita y adquieren claridad.

Este es un significado común a todas las acepciones costeñas del ‘ajá’, sin embargo, costeños más practicantes que yo me dirán que desglosar la mística expresión en tres acepciones es una cachacada, y que este significado único es hábil ‘para cualquier vaina’.

Lo que pienso es que el ‘ajá’ es como Ygramul, el múltiple, un personaje de La historia interminable, de Michael Ende. En el libro corría la leyenda de que este era un monstruo que podía, al instante, tomar la forma de tus peores pesadillas.

Atreyu, uno de los protagonistas, descubre que Ygramul es en realidad un conglomerado de insectos que se reorganizan (reorganizan su significado) según su adversario (el contexto). Por eso, no es que el ‘ajá’ no signifique nada o sea una respuesta obviada. El ‘ajá’ en realidad es una palabra múltiple, cuyo significado se ajusta al movimiento de las manos, al recuerdo, a la intensidad de la voz, y no a un diccionario.

Porque ajá



Publicado el 15 de noviembre de 2009 en el periódico El Tiempo.

El 'ajá' costeño tiene varios sentidos. Se pronuncia alargando la última vocal cuando por fin te dan la razón o entiendes algo: "Ajaaaaá".

Se usa también para hacer un reclamo que el aludido suele entender según sus culpas: "Ajá, ¿y tú qué?"

Tiene también un sentido explicativo que se manifiesta en el conocido "porque ajá". En la frase hipotética "Yo estaba saliendo con esta pelaá, pero ajá, tu sabes cómo es la vuelta con ella, porque ajá, yo no voy a decirle nada", el hablante está diciendo que tenía una relación amorosa con una joven que debió terminar debido a una diferencia que, por orgullo, no reclamó ni reclamará nunca. En este caso el 'ajá' funciona como un acuerdo sobre lo que no necesita explicarse.

Existe un acuerdo étnico e histórico respecto al uso del 'ajá', una exigencia del territorio que pide -a emisores e interlocutores- atender a un contexto en el que, en el caso de los costeños, más familiarizados con lo verbal que con lo escrito, representa una habilidad que opera mejor con significados móviles propios de la oralidad rural.

Decir "¡Ajá!" es una expresión que implica "darse cuenta" de algo; usarlo exige que las cosas se organicen súbitamente y adquieran claridad.

Aunque costeños más practicantes que yo dirán que desglosar la mística expresión en estas acepciones es una cachacada, y que este significado único es hábil 'para cualquier vaina', 'ajá', a fin de cuentas es una palabra múltiple, cuyo significado se ajusta al movimiento de las manos, al recuerdo y a la intensidad de la voz, pero nunca al diccionario.

Por los valientes



Publicado el 20 de noviembre de 2009 en la sección de Opinion de ElEspectador.com

A mí me impresiona mucho que la gente quiera casarse. Es que casarse, es más que un simple contrato, público y privado.

Cuando uno se casa con alguien no solo le está diciendo “te amo” sino que también le está diciendo “estoy dispuesto a envejecer contigo aunque me canse de ti, y creo tan ilusamente que eso va a suceder que estoy dispuesto a firmar un papel y hacer un oso publico.” Esta diciendo, “no solo eres mi pareja si no que de ahora en adelante vas a ser mi familia, familia de mi familia, y viceversa”. Esta diciendo “creo que podría reproducirme contigo y me gustas tanto que no odiaré ninguna de tus características cuando las vea aparecer en mis hijos”. Para casarse se necesita ser muy valiente.

La mayoría de las personas de mi edad que conozco tienen problemas con el compromiso. Si sus susodichos se acercan demasiado huyen, y si se alejan los persiguen. Buscamos relaciones que sabemos que no pueden funcionar para poder mantener siempre la maleta debajo de la cama. Tenemos que estudiar y trabajar y cada vez es más difícil mantenerse solo, independizarse de los padres, hacerse una carrera y en realidad no queda tiempo para construir una relación.

Somos adictos al consumo y aun en nuestras relaciones emocionales queremos consumir y consumir y consumir. Muchos somos hijos del divorcio, solo podemos hablar con sarcasmo de una relación a largo plazo. Esa es mi generación, que no cree en nada y no se conforma con nada y que cuando le dicen la palabra matrimonio siempre niega que quiera casarse, se pone su máscara de autosuficiencia y con liberalidad dice que no, aunque por dentro sueñe con alguien que sepa a la perfección cómo prepararle los huevos y el café.

Si a pesar de todo eso uno sucumbe al amor la primera opción es vivir juntos, para poder escapar por si acaso, porque eso del contrato nos parece innecesario, anticuado, y porque no estamos dispuestos a poner las manos en el fuego por nadie. El estado debería estar agradecido de que alguien, en esta época, tenga la estabilidad/desequilibrio mental y emocional como para querer hacer un compromiso legal para toda la vida, llamarlo matrimonio, y formar una familia. Por eso no entiendo por qué se discute si debe ser legal el matrimonio entre homosexuales. Negar este derecho es negar que los homosexuales son parte activa de nuestra sociedad como si eso fuera nocivo, como si ser gay fuera un problema y no una condición natural, como si esa declaración de amor y confianza tan poco frecuente, no fuera deseable en cualquier circunstancia.

Los argumentos a en contra del matrimonio gay suelen ser que:

1. “El matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer”: ¿por qué? ¿No debería ser simplemente entre dos personas dispuestas a formar juntas una unidad social?

2. “El matrimonio es para la procreación”, lo cual invalida cruelmente las uniones de parejas estériles y hace excusable que el marido deje a su mujer porque "no le supo dar un pelao".

3. “Las parejas del mismo sexo no deben criar hijos porque estos deben crecer con una figura masculina y una femenina clara”, pero ¿quién tiene realmente eso? Si muchos hemos sido criados por un solo padre, o por la aldea (el televisor) y no por eso somos unos desadaptados sociales. Lo que los niños necesitan para crecer bien es un hogar estable y amoroso, de ahí en adelante no importa cómo sea la conformación de ese hogar.

4. “Las relaciones homosexuales son inmorales y violan la institución de la familia” que supuestamente es algo así como “un papá y una mamá, un hijo y una hija”, felices y tranquilos como en un comercial de crema dental; algo que no existe ni en la Biblia, donde en la Sagrada Familia, María estaba teniendo el hijo de otro: el modelo familiar religioso en el que está fundada la sociedad en realidad es una ficción.

En septiembre se interpuso una demanda ante la corte constitucional contra las normas que prohíben el matrimonio como contrato civil entre parejas del mismo sexo y, por ende, les niegan la posibilidad de conformar un núcleo familiar a las personas homosexuales. De todo corazón espero que esta demanda pase porque que dos personas decidan casarse es un acontecimiento de valentía, es, como dice Neneh Cherry “ser suficientemente fuerte para hacerme débil en tus brazos”: no sé como un gesto como ese, venga de quien venga, pueda hacerle daño a una sociedad.

Manual de Carreño para ladrones digitales




Un caso de robo de derechos de alborotó ayer las redes sociales colombianas. Esta es la historia, y las recomendaciones para casos parecidos.

Primer Acto: Charlas de salón: -¡Fue el mayordomo!

El chisme de patio ayer en Twitter se trataba de un crimen. Nos enteramos por un tweet de @simonwilchesc que a su amigo López Gráfico, como se conoce en Flickr a Diego Lopez, le habían robado una imagen.

En los links podía verse cómo una imagen de una calavera hecha por López, aparecía replicada exacta, en otra cuenta, de otro diseñador, Camilo Restrepo. Ahí la imagen se anunciaba como la portada de un cuaderno para la venta, hecho por el editorial Le Cat. López le escribió a la editorial y a Restrepo para reclamar por el uso de su imagen sin autorización. La editorial contestó que ellos no conocían a Restrepo, y que sus publicaciones eran libros religiosos. La noticia rodó como pólvora en el 2.0, que además está lleno de gente creativa/desocupada, que nos solidarizamos con López, como una horda enardecida (pero nunca sudorosa) que reclamaba los derechos de autor. Restrepo tuvo que cerrar su cuenta de Flickr y apagar su celular pues el número se filtró en la red. Le escribió a López diciendo que todo había sido un malentendido y que el solo había usado la imagen para pasar unas propuestas. Sin embargo, la imagen tenía un filtro, necesario para que esta no se pixelara al cambiarle el formato y está publicada como suya a pesar de que bajo la licencia de Creative Commons, López no había autorizado su reproducción.

La cuenta de Flicker desapareció pero a continuación reproduzco la imagen plagiada y, al final de este post los comentarios que siguieron por parte de la turba enardecida.

Segundo Acto: Crime Scene Investigation

Para los que tienen una vida interesante que no les permite estar de cabeza en la red 2.0, Flickr es una red de blogs de fotografías e imágenes que antecedió a Facebook y donde muchos fotógrafos artistas y diseñadores muestran su trabajo. Por eso es un importante banco de imágenes para medios. Es como un gran dossier de portafolios de todo tipo, buenos y malos. Funciona con las licencias de Creative Commons que permite que quien sube las fotos restrinja su uso según sus intereses, por ejemplo, algunas fotos pueden reproducirse sin ánimo de lucro siempre y cuando se dé el crédito al autor, otras simplemente no se pueden usar, como es el caso de la imagen que nos ocupa. Durante varios años Flickr ha sido una vitrina para gráficos emergentes y consumados, y una comunidad donde se encuentra retroalimentación para el trabajo.

Como uno de los principales usos de Flickr es la divulgación profesional que un diseñador le robe una imagen a otro es algo muy grave, pues la comunidad funciona para todos en la medida en que sus miembros sean respetuosos del trabajo de los demás. Muchos dirán entonces “bueno, si no quiere que le roben su trabajo, no lo monte en Internet” pero ante esto hay que decir varias cosas.

1. ¿Es necesaria tanta mezquindad? La tacañería mental es de mal gusto. Mostrar los trabajos en Flickr permite retroalimentación, hacer contactos, y también inspira a otros participantes de esta red. ¿Para que hacer un trabajo gráfico que se va a guardar con tal celo que nadie lo conocerá?

2. En realidad plagiar en Internet es supremamente estúpido. Primero porque encontrar la fuente de donde sale la información es muy fácil con los buscadores de hoy, y segundo porque las comunidades están bien enteradas de lo que está pasando en la web, para la muestra un botón.

3. En la web 2.0 se forman comunidades que, como en la vida real, se auto regulan moralmente. Uno de los mayores daños que se le puede hacer a uno de estos personajes de “profesiones creativas” es acusarlo de plagio porque su reputación se va al piso y nada peor en el medio que “no ser original”.

Por la naturaleza de la plataforma de Flickr, lo que hizo Restrepo se considera un crimen grave, dentro de una comunidad que aunque pequeña, es intensa, y cuya economía, si bien precaria, se sustenta en el tráfico de ideas.

Tercer Acto: La Naturaleza Humana

Miss Marple, una viejecita que resuelve misterios en los libros de Agatha Christie, decía que la naturaleza humana es la misma en todas partes y que para ella, vivir en un pueblecito (St Mary Mead) le permitía observar de cerca cómo se comportan las personas –y después extrapolar estos estudios para resolver crímenes. La web 2.0, como micro comunidad, le encantaría a Miss Marple, que habría sido una twittera ilustre.

De esa misma naturaleza humana era probablemente de lo que hablaba Hume en su tratado sobre la moral. Según inglés, los humanos nos autoregulamos en una comunidad por medio de emociones como la simpatía y el desagrado.

La simpatía según Hume funciona mas o menos así: uno reconoce a otro como su par ya sea por parecido, contigüidad o causa y efecto. Sentimos simpatía frente a toda la especie en cuanto humanos, pero digamos, un poco más por los que comparten nuestras características o son nuestros vecinos de la vida diaria. Además de esas simpatías naturales y el calorcito que da en el pecho parecerle simpático a alguien, aprobamos virtudes artificiales como la justicia o el respeto a la propiedad, que según Hume son inventos para vivir en sociedad. Estas características nos resultan simpáticas porque nos protegen a nosotros y a nuestros contiguos, y por eso ser una persona decente se vuelve algo deseable. Hume señala, además, que la gente no adopta sus puntos de vista morales según caprichos personales, sino según algún punto de vista común que comparte con sus semejantes y contiguos.

Una de las formas en las que se defiende la propiedad individual es el señalamiento. Hemos decidido proteger nuestras posesiones y las de nuestros seres queridos y para hacerlo acordamos con los demás que si ellos no se nos meten al rancho nosotros no nos meternos al de ellos. Si alguien rompe este acuerdo hay un señalamiento, que muestra una intención condicionada y que es una costumbre que aglomera a otros bajo la misma intención, haciendo presión social. Si alguien viola estas reglas la sociedad lo excluye naturalmente (Le cierran la cuenta de Flickr y le hacen un Hate Group en Facebook).

Los Creative Commons son efectivos, más que nada, por su presión ética. Hay un entendimiento básico del copyright, que sirve para tres cosas muy practicas: evitar una demanda, evitar una acusación de plagio, y no arruinar la reputación de uno. La ética digital se funda en un uso justo del trabajo de otros. Esto nos permite usar partes de este material para noticias, reportajes, crítica, academia u otros propósitos similares. Si uno no es mainstream es probable que nadie se de cuenta que se tomó prestado algo de otro lado, pero en la Internet siempre alguien nos esta mirando, y las noticias navegan mas rápido de lo que podrían volar.

Cuarto Acto: Paula Mason y el caso de la calavera

Paula Vejarano, abogada del Externado, fue una de las twitteras que se patió el bochinche de ayer. Me cuenta que uno de los mayores problemas de los autores en Colombia y el mundo es probar la autoría de la obra, para eso hay un registro mediocre en la Dirección Nacional de Derechos de Autor. Igual hay algo que se llama “sentido común” que los abogados llaman “libertad de medios de prueba” que consiste en buscar quién realizó su trabajo primero. Esto en Flickr es muy fácil, es solo ver quién publicó la imagen antes.

Para el rezagado, o pirata, el artículo 270: VIOLACIÓN A LOS DERECHOS MORALES DE AUTOR. Incurrirá en prisión de treinta y dos (32) a noventa (90) meses y multa de veinte seis punto sesenta y seis (26.66) a trescientos (300) salarios mínimos legales mensuales vigentes quien: 1.Publique, total o parcialmente, sin autorización previa y expresa del titular del derecho, una obra inédita de carácter literario, artístico, científico, cinematográfico, audiovisual o fonograma, programa de ordenador o soporte lógico. [...] 3.Por cualquier medio o procedimiento compendie, mutile o transforme, sin autorización previa o expresa de su titular, una obra de carácter literario, artístico, científico, audiovisual o fonograma, programa de ordenador o soporte lógico.

¿Qué puede hacer López con esta normal? le pregunto a Paula. “Puede pedir medidas cautelares, para evitar el perjuicio, y ahí entraría la editorial de los cuadernos, pues a ellos les impedirían seguir haciéndolos.” Solo que la editorial no hace los cuadernos o por lo menos, niegan conocer a Restrepo. Con un proceso legal López puede lograr una indemnización que abarcaría daños patrimoniales y morales, algo de plata, un poco tarde, y una amonestación pública, pues en el mundo de las “profesiones creativas” crea fama y echate a dormir. Lo de los daños morales es muy importante porque los “creativos” somos todos “sensibles” y sabemos que una vez a uno le perratean una idea eso no tiene vuelta atrás. Además hay un asunto de paternidad: “también hay que tener en cuenta que los derechos de autor son irrenunciables, en lo que se refiere al reconocimiento de la titularidad de la obra es decir, puedo dejar que otro se haga millonario con mi obra, peor nunca renunciaré a mi paternidad” dice Paula.

En la Dirección Nacional de Derechos de Autor se encuentran consejos puntuales para situaciones como éstas. Por ejemplo, se responde qué acciones pueden emprender autores, artistas, interpretes, ejecutantes y otros “creativos” cuando sus derechos sean vulnerados:

“Los creadores, los titulares de derecho de autor y los titulares de derechos conexos, se entienden legitimados para exigir el cumplimiento de sus derechos a través de acciones civiles las cuales le permiten, a través de un abogado, presentar en una demanda sus pretensiones con el fin de que un juez de la República resuelva las cuestiones que se susciten con motivo del ejercicio de sus prerrogativas.(Artículo 242 de la Ley 23 de 1982). Este tipo de acciones deben ser instauradas ante la jurisdicción civil y dependiendo de la cuantía de sus pretensiones serán atendidas por jueces civiles municipales o del circuito.

Así mismo cuentan con la posibilidad de acudir al uso de acciones penales, por virtud de las cuales los interesados que vean afectados sus derechos pueden formalizar a través de una denuncia sus pretensiones de sancionar penalmente a quienes incurran en alguna de las acciones tipificadas en los artículos 270 a 271 del Código penal. A fin de recabar información al respeto usted puede dirigirse a la Unidad Nacional Especializada en delitos contra la Propiedad Intelectual y las Telecomunicaciones ubicada en Carrera 13 número 73–50, piso 7, teléfono 3216135 y 3216045.”

Uno de los grandes problemas con los derechos de autor es que no muchos están enterados de los procedimientos regulares, que además son bien mamones, y a pocos de los que los conocen no les da pereza pelear. Paula me dice que el sistema de protección de derechos de autor es muy débil, “su registro de obras es declarativo, no constitutivo de derechos, como es obvio, pero no tiene un brazo fuerte, ni la posibilidad de imponer sanciones inmediatas. La protección a los derechos de autor, aunque doble, penal y civil, tiene el problema de la justicia: su demora”. Además, como casi siempre, una acción penal no es suficiente para resarcir los daños: “a pesar de que sean amantes del arte y no ganar un peso, lo único que finalmente les mueve el alma es el reconocimiento de su obra”.

Restrepo le ha mandado ya varios mails a López pidiéndole disculpas, pero él no sabe todavía que hará “todo el mundo me dice una sola cosa y es que demande por eso, por la sencilla razón que usted usó una imagen mía en su portafolio y para pasar una propuesta, y eso más todas las pruebas da para una demanda penal o civil por derechos de autor. Usted dígame desde su punto de vista y siendo sincero; ¿si le sale el trabajo con mi idea, usted me avisa? ¿Usted me habría dado regalías?”

Por lo pronto la cosa parece que no pasará de un colosal bochorno, pero el incidente es importante para poner sobre la mesa el asunto de los derechos de autor en Internet e informar a otros participantes de las redes sociales que se ganan la vida con trabajo de autor, cómo defender sus derechos. En últimas, el asunto no pasa a mayores si uno tiene un mínimo de cortesía, pero por si acaso los modales no se nos dan naturalmente, propongo, a continuación, unos breves tips de ética digital.

Quinto Acto: Manual de Carreño para ladrones digitales.

Una pequeña línea dando el crédito correspondiente es una galantería que evita muchos problemas. Hay tres reglas básicas para protegerse de problemas en la Web: 1. Siempre cita y da crédito. 2. Pon un link que lleve al material original. 3. La regla de oro: no le hagas al trabajo de otros lo que no quieres que otros le hagan a tu trabajo.

Es casi un asunto de suerte que alguien se entere de que le han robado una imagen por Internet, pero que oso para el ladrón. Además, la comunidad 2.0 suele ser muy unida, puede ser que no marche, ni tire piedras, y que su efecto suceda a tan baja escala que a veces incluso pasa desapercibido. A mi me agrada que hubiera una acción colectiva espontánea frente al plagio, que lo reguló efectivamente sin necesidad de leyes o violencia. Más poesía, menos policía, dirían los Hippies. Es importante ver cómo esta comunidad se regula naturalmente, por medio de unas simpatías comunes, por medio de la “Naturaleza Humana”, y rebeldías de aire acondicionado.

En realidad creo gracias a Internet, el acceso inmediato a tanta información, el plagio será cada vez más difícil, más vergonzoso, y más ridículo. El creciente auge de la red permitirá que un día no ocurran impunemente barbaridades como que Simón Brand vea este video, Tyger de Guillherme Marcondes:



Y después le paguen por realizar este:



Sin que nadie diga nada.

(Los últimos dos videos vía @sihaylentejas)

No todos los caminos conducen a Roma



Quiero comenzar esta entrada diciendo que los lectores tienen toda la razón, la Pontificia Universidad Bolivariana no es una universidad jesuita. En algún momento cuando estaba escribiendo la columna lo sospeché y pregunté por ahí sin mucha insistencia, sin llegar a cerciorarme. Procuraré que este tipo de errores no vuelva a ocurrir.

Aun así, debo decir que el objeto de la columna no era atacar a los Jesuitas (que de hecho, me parecen los mayores genios massmediáticos). Era hablar de un discurso, cristiano, y sobre todo católico, que ha perdido vigencia. Es más le pido disculpas a los jesuitas por haberlos asociado con semejante cartel (en la columna digo que me extraña) pues como Javeriana le tengo cariño a mi alma mater y puedo dar fe de cuan laicos son varios los profesores en la Facultad de Filosofía y cómo la universidad me permitió, sin problema alguno, graduarme de Artes con una tesis que reflexionaba sobre el agnosticismo.

Los Jesuitas no son los únicos representantes de la iglesia que han usado la cultura de masas para reforzar el imperio de su propia moral, incluso en detrimento de los valores del vecino. Todos los miembros de la iglesia católica, incluidos los jesuitas y la Arquidiócesis de Medellín, el Opus Dei, en fin, hacen uso de la cultura de masas para propagar sus valores. Hasta los teólogos de la liberación se agarraron del discurso más mediatizado de sus tiempo: el socialismo, para favorecer el ideario eclesiástico.

La cita de Peter Sloterdijk, por la que llego a meterme al tema de los jesuitas también hace extensivo el manejo de los medios a otras órdenes cristinas, de hecho, la cita completa dice así:

“En cierto modo esto es verdad también para el rey de reyes espiritual, el Papa, que, como portador de la corona de tres pisos, quiso convertir su trono en una hipermajestad para el globo entero. Fueron sobre todo sus tropas de elite, los jesuitas, que por su cuarto voto están juramentados inmediatamente con el Papa como rey del ejercito del catolicismo militante, quienes desde mitad del siglo XVI cubrieron el globo con una red de devoción al Papa y de consideraciones hacia Roma: con una Internet de la sumisión más devota por parte de lejanías dispersadas del centro. De ahí toman su modelo las modernas sociedades de telecomunicación, que operan a escala mundial. El tele-fonazo está prefigurado en la tele-oración al Papa. Los jesuitas fueron el news group prototípico, que se comunicaba por su red especifica de organización. También el resto de las ordenes misioneras, los franciscanos, los dominicos, los teatinos, los agustinos, las concepcionistas, las clarisas de la 1ra y de la 5ta regal, las jerónimas, las canonesas, las carmelitas descalzas y muchas otras: todas ellas estaban comprometidas, por su relación con Roma, con el proyecto de aportar éxitos a la conquista espiritual. Su ambición era la de expandir por todas las partes del mundo una Commonwealth asesorada por el papa. Solo en el siglo XX tardío se le ocurrió al papa la idea massmedialmente correcta de viajar a las provincias de su reino moral como embajador de su propio Estado; esto significa la irrupción del catolicismo en una carismocracia telemática sin tapujos: el camino romano a la modernidad.” SLOTERDIJK, Peter. En el mundo interior del capital. Para una teoría filosófica de la globalización. Siruela, Madrid, 2007. PP. 157-158.

El hecho es que si alguien sabe manejar los medios son los cristianos, y durante siglos lo han hecho tremendamente bien. Sin embargo hoy, a pesar de sus glorias pasadas, su mensaje es tan anacrónico que ni sus habilidades mediáticas les dan para que sea escuchado, y mucho menos creído. La ambición cristiana de imponer solo UNA moral es hoy una empresa quijotesca, pues la misma globalización que ellos ayudaron a producir ha vuelto imperativo su set de valores.

La poca vigencia de su discurso hace que valores como la abstinencia, la monogamia y la efebofilia (supongo que si lesbianismo y magia negra pueden entrar en la misma categoría, efebofilia y fe piadosa también) no resulten bien recibidos por un pueblo educado en un mundo de valores múltiples. Ahora, yo no quiero cambiar los valores de la PUB, como digo en la columna, todos tiene derecho a la confusión y la homofobia y a hacer carteles con cuanto venga en gana, pero hay que tener claro que el discurso católico ya no es el discurso hegemónico vigente, tal vez incluso, no hay un discurso hegemónico vigente en el mundo de hoy. Hoy todos los caminos no llevan a Roma, más bien, salieron de Roma, y ahora llevan a todas partes.

El cáliz roto



Publicado el 6 de noviembre de 2009 en la sección de Opinion de ElEspectador.com

La iglesia católica está entusada. No es para menos. Debe ser muy difícil levantarse un día y darse cuenta que ha perdido su discurso hegemónico.

Y es que no ha habido un discurso tan hegemónico como el católico, que se montó desde el comienzo en el bus (barco) de la globalización y con ejércitos de evangelizadores tradujo la Biblia a cuanto idioma pudo, logrando algo así como “El milagro de Pentecostés” vía Guntemberg. Sloterdijk, un filósofo de la globalización, cuenta que tropas papales élite, como los Jesuitas, “cubrieron el globo con una red de devoción al Papa [...]: con una Internet de la sumisión más devota por parte de las lejanías dispersadas del centro. De ahí toman su modelo las modernas sociedades de telecomunicación, que operan a escala mundial.” El catolicismo construyo su apoteósico imperio por medio del mensaje.

Es extraño entonces, que los Jesuitas, que históricamente son los duros de los medios, estén hoy tan descachados y gasten su tiempo en carteles ridículos como el que se colgó en la Pontifica Universidad Bolivariana hace quince días. Decía:

“No te dejes echar el cuento: ni todo el mundo lo hace… ni todo es normal… ni todo se pone de moda… Promiscuidad, homosexualismo, satanismo, magia negra, lesbianismo, drogadicción, alcoholismo. Hay cuentos que te pueden seriamente enfermar.”

El cartel duró solo 3 días porque los estudiantes presentaron la queja obvia: “que se estaban desconociendo sus derechos al incluir la orientación sexual con temas de conductas de riesgo como la drogadicción y el satanismo”. La universidad, entonces, emitió un comunicado diciendo que “la intención de la valla en cuestión no era otra que la de invitar a la juventud a ser objetiva y a hacer el discernimiento correspondiente ante las distintas propuestas que circulan en el ambiente. De ninguna manera se ha querido ir contra la dignidad de las personas que libremente hacen opción por la homosexualidad o el lesbianismo”.

Es apenas obvio que nadie entendió mal el mensaje del cartel, lo que pasa es que dicho mensaje no resuena, es absurdo en el siglo XXI. La Bolivariana puede decir lo que quiera, después de todo se supone que en este país hay libertad de expresión (hasta para los homofóbicos y los confundidos). E so no quiere decir que alguien hoy pueda creer semejante barbaridad como que “el alcoholismo” es una moda pasajera y peligrosa, como los leggins.

De hecho, creo que las generaciones jóvenes colombianas estarían más de acuerdo con un cartel que dijera “Ni todo el mundo es hijo de Dios, ni todo el mundo debe obedecer a la Iglesia, ni todo lo moral es bueno”. Además, Los colombianos hablaremos del gustico, pero no lo guardamos, y sabemos hace mucho rato que los curas practican, si no la promiscuidad, la costumbre de dejar hijos bastardos por ahí. De hecho, el Cancionero de Antioquia (1939), del ilustre paisa, Antonio José Restrepo dice “Si quieres que te diga/ la verdad pura/ yo soy hijo de un fraile/ y nieto de un cura.”

El incidente del cartel, más que ofender a los estudiantes debió romper el corazón de los curas que vieron, de forma palpable, que ese tipo de discursos ya no tienen público. Si la Iglesia quiere mantener su posición como regina mediática se verá obligada a modificar su discurso según los tiempos que corren, o bien, reconocer que la hegemonía los ha abandonado, bogarse unos tragos de vino de consagrar para superar la tusa, y contentarse, felizmente, con un discurso minoritario.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Puertos de fuga


Foto: Simón Wilches-Castro

Publicado el 23 de octubre de 2009 en la sección de Opinion de ElEspectador.com
Publicado el 25 de octubre de 2009 en la Revista Dominical de El Heraldo.

Yoani Sánchez no puede salir de cuba. Esta es la cuarta vez que la bloguera cubana se queda sin recibir en persona uno de los galardones que está logrando a través de su blog, Generación Y; la Universidad de Columbia le acaba de conceder una mención especial en los Premios Maria Moors Cabot otorgado a quienes se han destacado en la cobertura de Latinoamérica y el Caribe, periodistas cuyos reportajes y trabajo editorial han propiciado un mejor entendimiento dentro del continente americano. Estos premios se otorgan a quienes han superado audazmente las barreras de un continente que no se caracteriza por su prensa libre.
El cuento de Yoani fantástico y excepcional. La filóloga de 34 años hizo una tesis sobre el lenguaje usado en la literatura latinoamericana sobre gobiernos dictatoriales. Hablo de las posibilidades represivas de las palabras, en una crítica directa al régimen cubano que no se quedó en la academia, pues con su tesis entendió que debía hacer algo al respecto. Entonces le compró su lap top a un balsero que necesitaba un motor y se fue haciendo de varias piezas, conectándolas ella misma hasta tener un computador decente. Entraba a los hoteles camuflada con su piel blanca y desde ahí se conectaba a Internet a postear sus columnas.
Su blog, abierto en el 2007, se llama Generación Y porque está inspirado en una generación cuyos nombres "comienzan o contienen una "i griega". Nacidos en la Cuba de los años 70s y los 80s, marcados por las escuelas al campo, los muñequitos rusos, las salidas ilegales y la frustración." Yoani pertenece a esta generación que conoció el teléfono por primera vez en sus veintes, y cuyo acceso a la tecnología es, por no decir menos, macondiano.

Por eso los USD 5,000 del premio serán utilizados para contribuir a la alfabetización digital de nuevos periodistas y ciudadanos y para "adiestrarlos en la creación de sus bitácoras personales, a pesar de los obstáculos impuestos por las autoridades gubernamentales para el acceso de la población a la red."

En una entrevista con El Nuevo Herald, Yoani dice que el periodismo online ayudará a crear "una Cuba plural, inclusiva, donde se respete el derecho a la opinión" y que ella sueña con una isla en que los cubanos puedan tener Internet en su casa a un precio razonable y sin condicionamientos políticos, al igual que televisión por cable, antenas parabólicas y otros aparatos que sirven como hardware para la libertad de expresión.
Yoani no necesita hacer presencia física para recibir un premio. Tiene una presencia virtual contundente que ha antojado a otros cubanos como Claudia Cadelo que abrió Octavo Cerco, Reinaldo Escobar que abrió Desde Aquí, Lía Villares con Habanemia y Miriam Celaya con Sin evasión. Todos estos blogs reafirman que cuba no está blindada, y que el mundo de hoy funciona con estructuras permeables y porosas, que permiten el flujo de información. Internet es un gigante archipiélago de información, no por nada se usa el verbo navegar.
Lo mejor de todo es que hasta Fidel tiene blog. De esta manera el "coma-andante", como lo llama Gorki Aguila de Porno para Ricardo (grupo de punk cubano de la misma generación), convierte su aliento de enfermo en golpes de opinión. Los cubanos están atrapados en Cuba como Fidel en su cuerpo, y ambos usan Internet para liberarse.
Gracias a Internet y a los blogs frenar la libertad de opinión se ha convertido en una épica quimérica. Por ejemplo, que El Tiempo despida a Claudia López no silencia a la columnista pero si hace quedar muy mal al medio mainstream, que no puede atajar o censurar las opiniones de sus periodistas, pero sí pelar el cobre y mostrar donde reposan sus verdaderos intereses. Por eso ¿que mella le haría que al gobierno cubano le de cada tanto por tumbarle el blog a Yoani o que no la deje salir del país para recibir sus premios?, igual ella seguiría siendo una de las 100 personas más influyentes en el mundo según la revista Time.
Yoani Sanchez puede salir de cuba. Hay un código binario que supera su cuerpo, le permite encontrar resonancia para sus ideas en todas partes del mundo y nos muestra lo terriblemente obsoleta que es la censura. Internet nos ha dado un mundo lleno de puertos, por donde las ideas pueden fugarse con los blogs como balseros.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Remember Remember


Hace un año, el 5 de noviembre, se murió mi abuela Martha Rosa Restrepo de Navarro. Desde su muerte nos hemos visto obligadas, en la familia, a cambiar de rango en nuestros aquelarres.

Esta es la eulogía (elegía? No esa no es la palabra, es eulogy, del inglés) que escribí el año pasado.

Y hoy para recordarla, este poema de Raúl Gómez Jattín.


Lola Jattin


Más allá de la noche que titila en la infancia.
más allá incluso de mi primer recuerdo
está Lola -mi madre- frente a un escaparate
empolvándose el rostro y arreglándose el pelo.

Tiene ya treinta años de ser hermosa y fuerte
y está enamorada de Joaquín Pablo -mi viejo-.
No sabe que en su vientre me oculto para cuando
necesite su fuerte vida la fuerza de la mía.

Más allá de estas lágrimas que corren en mi cara
de su dolor inmenso como una puñalada
está Lola -la muerta- aún vive vibrante y viva
sentada en un balcón mirando los luceros
cuando la brisa de la ciénaga le desarregla
el pelo y ella se lo vuelve a peinar
con algo de pereza y placer concertados.

Más allá de este instante que pasó y que no vuelve
estoy oculto yo en el fluir de un tiempo
que me lleva muy lejos y que ahora presiento.

Mas allá de este verso que me mata en secreto
está la vez –la muerte- el tiempo inacabable
cuando los dos recuerdos: el de mi madre y el mío
sean sólo un recuerdo solo: este verso.


jueves, 29 de octubre de 2009

La televisión como anticonceptivo

El mundo le dio una bienvenida a la irresistible caja mágica en 1928, y desde entonces se la ha culpado de producir mala salud, ignorancia, y poca fibra moral entre otros muchos males. Aun a pesar de la imparable proliferación de de couch potatos, como llaman los gringos a los adictos a la tele que se aplastan en el sofá a comer papitas fritas, y esos resultados tan catastróficos de los que se hablaban no se ven por ninguna parte. Un mundo de adictos a la televisión podrá ser un mundo de obesos, pero también es un mundo mejor gobernado, más unido frente a las tragedias globales, y más igualitario para las mujeres.

Mucha de la tele gringa que todos consideramos basura se consume masivamente en las poblaciones más pobres del mundo. Por la tarde la gente se embute el estilo de vida propuesto por la tele, que en general es consumista y superficial pero que también tiene cosas positivas. Por ejemplo, el modelo de mujer que se muestra en televisión es mucho más independiente y autónomo que las mujeres reales que lo observan. Eso lo convierte en un modelo aspiracional y poco a poco los televidentes tratan de seguir el estilo de vida de sus personajes favoritos. Una hora viendo telenovelas es mucho más efectiva que dos años de clase de Educación Sexual.

Lo digo Educación Sexual, porque parece que la televisión, entre otras cosas, ha logrado reducir el número de gestaciones en las mujeres pobres que prefieren ver Amas de casa desesperadas y sus respectivas imitaciones locales, a tirar. De hecho, Ghulam Nabi Azad, el Ministro de Bienestar de Salud y Familia indio, promueve la televisión como un método anticonceptivo. “Antes el único entretenimiento de la gente era el sexo,” dice el Ministro, “hoy la televisión entretiene mucho más y para cuando el prime time se acaba las parejas están muy cansadas como para tener relaciones.”

Este último dato me sorprende porque recuerdo que cuando pusieron Blockbuster en Barranquilla, el número de embarazos adolescentes aumentó dramáticamente, pero bueno, una cosa es ver el prime time y otra caer en #elviejotruco de ir a no-ver pelis en una casa.

Según Charles Kenny, economista autor del libro The Success of Development: Innovations Ideas and the Global standard of Living (El éxito del desarrollo: innovaciones ideas y el estándar globla de vida), la televisión sí funciona como un mecanismo de control poblacional (oh sí, biopolítica). Por ejemplo, desde los años 70 el canal brasilero Rede Globo ha estado produciendo telenovelas que han sido vistas por más de 80 millones de personas. En un país donde el divorcio se legalizó en 1977, la mitad de los personajes protagónicos femeninos de las telenovelas eran divorciadas, y el 72% de los personajes no tenían hijos. En contraste, la mujer brasilera promedio en la época tenía 6 hijos. Sin embargo las telenovelas resonaron con las televidentes, que no solo nombraron a sus hijos en honor a sus protagonistas favoritos, también empezaron a tener menos hijos. En estas series las mujeres también aparecen trabajando fuera de la casa, manejando negocios y con acceso al dinero. El pueblo brasilero empezó a seguir este ejemplo.

Ahora que lo pienso, más que biopolítica esto es algo así como bio-pop-lítica. Las agendas políticas que están detrás del pop son inmensamente efectivas, al punto que pueden modificar nuestros hábitos vitales (como disminuir el número de hijos que tenemos). La televisión es un arma poderosa que puede ser usada para bien o para mal. Ahora no, no pienso que haya una conspiración para volvernos a todas astutas mujeres divorciadas que viven en los suburbios. En realidad creo que manejar la agenda del bio-pop televisivo es una tarea muy difícil, pues esta agenda no se crea de manera unilateral. Sus contenidos son una conversación constante entre los medios productores y la audiencia, por eso regular los contenidos de la televisión no tiene sentido, la gente quiere ver lo que le dan, pero también le dan a ver lo que quiere. En otras palabras, el pop trae tendencias que responden a la gente, que responde a las tendencias, que responde a la gente, y esta dialéctica, más que como herramienta de manipulación, sirve como termómetro de lo que se está pensando globalmente.

Un mundo de televidentes es un mundo de personas en constante conversación con tendencias culturales que le son ajenas, y un terreno donde los valores del mundo globalizado, unos difíciles como el consumismo, y otros positivos como la independencia femenina, se transmiten como memes, y raudamente se convierten en acciones y costumbres de la vida real, para ser reinterpretados por la televisión y comenzar el ciclo de nuevo. (La vida imita al arte que imita a la vida que imita al arte).