viernes, 24 de octubre de 2008

Cerdo zurdo



A Zoilamérica Narváez la violó su padrastro durante 19 años. Nada nuevo bajo el sol. Eso pasa en muchas familias latinoamericanas, y pasa sin que nadie se entere. Sabemos, sin embargo, que a Zoilamérica la violaron porque su padrastro es Daniel Ortega, presidente de Nicaragua. Claro que no, ¡el presidente no hizo nada!, Zoilamérica retiró los cargos después del repudio público de su madre, y a Ortega la fue otorgada la inmunidad vitalicia cuando se hizo presidente.
La izquierda latinoamericana no menciona mucho el incidente porque, ¿para qué ensuciar el nombre de una de las izquierdas más fuertes del continente? Mejor hablar de ese Chávez, que sale con cada cosa ¿no? La revolución Sandinista es una de las izquierdas más interesantes pues fue apoyada por la Teología de la Liberación y por los movimientos feministas, por eso es mejor recordarla como cuando era joven y pura, y no como es ahora, vieja y magullada por la pezuña de su líder.
El movimiento Sandinista tiene la particularidad de que muchas mujeres se unieron a sus filas desde 1967, sumando aproximadamente el 30% de la armada revolucionaria (¿cuánto es que es el porcentaje del PDA?). Parte de lo que esta izquierda Sandinista promulgaba era la igualdad de género pues creía que ganar el apoyo de las mujeres era vital para la revolución. La mujer sandinista aparecía en los carteles de la revolución con un bebe en brazos, y un fusil al hombro, (muy a lo Sarah Palin, solo que el fusil no era para matar animales sino para cambiar un país). La Sandinista era una izquierda de mujeres, en ella militaron hasta monjas feministas de la Teología de la Liberación, que podían impartir sacramentos y casarse.
Con una historia tan insigne mejor no mencionar que Ortega, presidente el partido Sandinista, ha emprendido una cruzada contra las ONG dedicadas a defender la libe prensa y los derechos de la mujer. Ortega llegó al poder gracias a una alianza con la iglesia católica y por eso en el país se prohibió el aborto, dándole la última estocada a los movimientos feministas que ayudaron a poner el partido en el poder. Lo que la revolución Sandinista prometió alguna vez se lo tragó el gran apetito de poder de Ortega.
Hoy Zoilamérica tiene 42 años y en su denuncia se lee: “En este período, más que ningún otro, llegué a creer con mayores fuerzas que mi destino era soportar aquella vida, sus aberraciones. Me preguntaba sobre la certeza de la supuesta estabilidad emocional que le daba y del rol que, según él, yo tenía en la revolución: ser su objeto sexual disponible permanentemente. Ese era, pues, mi aporte a la revolución, según debía interpretar. De esa manera no sólo me interné en el silencio, sino que me obligó a estar sumergida en su descomposición y corrupción desde el poder". Parece entonces que las mujeres siguen apoyando a la Revolución. Eso sí, una revolución muy lejana a sus preceptos iniciales, una revolución que hoy apesta, a cerdo y a ideales olvidados.

1 comentario:

Felipe Chávez G. dijo...

Quedé sorprendido... simplemente no conocía esta historia que es una vergùenza, no solo para eso que llaman "izquierda latinoamericana" si no para la especie humana.