lunes, 22 de junio de 2009

La estocada


Publicado el viernes 19 de junio de 2009 en elespectador.com, y el sábado 20 de junio de 2009 en la sección de Opinión, del periódico El Espectador, edición impresa.


Hay una peñonera en Irán y yo me enteré por Twitter.

Twitter es un servicio gratuito de microblog, que hace las veces de red social y que permite a sus usuarios enviar mensajes por la web o desde un teléfono móvil. Estas actualizaciones se muestran en la página de perfil del usuario, y son también enviadas de forma inmediata a otros usuarios que han elegido la opción de recibirlas. Lo último que imaginaron sus creadores es que sería un medio para la revolución. Cuando más, estaban pensando en hacer plata.

En el peor de los casos Twitter se iba a convertir en el medio para que estudiantes borrachos le terminaran a sus susodichos en no más de 140 caracteres. Nunca se imaginaron que tuviera que ver con el gobierno Iraní. Sin embargo, las redes sociales, con su aplanamiento surreal del mundo, han hecho posible algo tan inverosímil.

Después de la elección en Irán, los gritos de protesta de quienes apoyan al candidato de la oposición Mir-Hossein Mousavi, se oyeron en las calles. Más que en las calles, en un medio que ni siquiera existía la última vez que Irán tuvo una elección: Twitter. Y, ¿Qué hace a Twitter el medio del momento? Es gratis, portátil, muy personal y rapidísimo. También está hecho para difundir noticias rápidamente. Twitter es la sublimación del "¿en qué estás pensando?" de Facebook. Una y otra vez, sus usuarios envían cortos mensajes a todos sus seguidores. El resultado es un flujo de ideas sueltas que van desde lo trivial (se me partió una uña), lo profundo (tengo una encrucijada del alma), lo práctico (nos vemos a las 5) y links, muchos links, de noticias inmediatas y cosas que suceden en la web.

Ustedes me dirán que en la web no suceden cosas y que eso suena como un montón de autistas hablando solos. Lo último es cierto. Los twitteros hablan solos por ahí, como lady Macbeth (lejos de mi esta horrible mancha, habría twitteado ella). Lo primero es cierto. En la web sí suceden cosas, internet es un territorio virtual en donde se arman líos y se tejen relaciones que estiran la mano, desde su virtualidad, hasta la polvorosa vida real.

Pero, se preguntarán, para qué sirve una tecnología que me permite decirle a 50 amigos, a la vez, que voy a desayunar un redbull y un buñuelo. ¿Aburrido? Es más interesante de lo que parece. El escritor Clive Thomson dice que esto es una hiperconciencia del ambiente. Siguiendo estas frasecillas aparentemente insignificantes uno tiene un vistazo de las rutinas del día, de los amigos. ¿Bobo? No, así como no es bobo llamar a los amigos a preguntarles el que andan. De hecho, Twitter tiene la ventaja de que elimina del vocabulario el insoportable "¿Qué máaaaas?"

Twitter permite, opinar, y difundir noticias inmediatamente. Por eso es ideal para mover masas. Imaginen lo que hubiera sido el Bogotazo si hubiera existido Twitter. En junio 13, cuando las protestas por el nombramiento de Ahmadinejad empezaron a dimensionarse, el gobierno iraní trato de callarlas, y Twitter explotó con mensajes de gente que se oponía, en farsi, en ingles, en español, hasta con emoticons.

Aparecieron tweets de este tipo: "a las dos de la mañana llegaron agentes a la casa de mi vecina y se llevaron a su hija", "regimientos Ashora se mueven de Valiasr a la estación nacional de televisión. Allí están ya quienes apoyan a Mousavi. Entre esos, mi padre.", "Hay una muerte en Shiraz. Fuego abierto en otras ciudades."

Las virtudes de Twitter son sus mismas debilidades. No podemos comprobar las fuentes de toda esta información, no se sabe quién escribe. El sentido común impide que Twitter se convierta en una herramienta para la anarquía porque se necesitan dos dedos de frente para saber que Twitter no es información para tomar tan en serio. Pero, ¿a quién le importa si es verdad? Su honesto desafío a la certeza es algo que no tienen otros medios "más respetables". Twitter no comenzó la protesta en Irán, pero fue leña para el fuego.

Yo no soy ninguna experta en los problemas políticos iraníes, pero me enteré por Twitter, y eso me obligó a prender la tele y ver esas manos catapultando escombros. Ahora resulta que Irán me interesa, porque, aunque no sé quién tiene razón, siento mucha curiosidad por la protesta. Twitter magnifica las repercusiones políticas de las protestas y eso es bueno porque dificulta el accionar de los gobiernos totalitarios, que gobiernan por la fuerza, y controlando el consenso de la opinión y los medios. La tiranía, en otras palabras, es un monologo, y Twitter, con su esquizofrenia de voces, lo ha herido de muerte.

2 comentarios:

Lanark dijo...

Cuando se den cuenta de que Twitter es importante, van a demorarse muy poco en darse cuenta de que es un medio muy manipulable, aunque todavía no se ha visto una manipulación coordinada.

Mi predicción es que probablemente los primeros que lo hagan sean los chinos; una campaña de trolleo organizado, hackeo de cuentas y desinformación que anule completamente este medio tan infalible de expresión de la sabiduría de las masas.

Anónimo dijo...

Buen análisis. El problema es que la gente que sigue twitter en Colombia no tiene el mismo perfil que la gente que ayudó a elegir a Obama, o que intenta abrir políticamente a Irán. Es lamentable, pero están en muchos casos más cercanos a los retrógrados que apoyaron el golpe (pro Texas evangelista - Miami-mall) de Honduras. Basta con ver las marchas que organizan, la pasividad total frente a lo que dicen los medios. Menos mal hay maravillosas excepciones.

Por experiencia sé que los candidatos que no usan twitter usan muy bien el Carelibro, especialmente los independientes y los de izquierda, incluyendo a Petro.