El garabato. En Antioquia es un pedazo de palo, casi siempre en forma de horqueta. Una especie de hoz natural, utensilio casero multiusos. Borges decía (perdón, viejo Borges) que en una canción, o en un poema, la letra era prácticamente irrelevante. Lo importante es el ritmo, la caricia de su cadencia. El embrujo del "garabathe" baranquillero quizá lo explica ese desparpajo caribeño que tanto envidiamos los andinos colombianos. Tu irreverencia, hermosa Catalina, alude -quizás- a un rezago iconoclasta del que tu espíritu (influenciado por manes cachacos) parece querer sacudirse. Las trilladas imágenes de los Carnavales, puestas al servicio del secularizado Turismo internacional, demuestran que las tradiciones populares son víctimas indefensas de los impúdicos intereses comerciales que todo lo inaden y contaminan. Así como a Leandro Díaz lo justifica una sóla canción, "Matilde Lina", así el Garabato resiste los embates del filibusterismo cultural y aún, con toda franqueza mi bella Catalina, también tu sentida causticidad. Aquí, en Antioquia los mayorcitos sabemos a qué se refiere el "porque te quiero, te aporrio". Como dice algún poeta: a pesar de que es un amor mustio, sigo amando a mi cuidad. "Nació de tí, nació de Dios, de la esperanza".
Artista plástica y filósofa de la Javeriana. Maestra en literatura de la Universidad de los Andes. Dirige la revista HOJA BLANCA (www.hojablanca.net). Columinista de www.elespectador.com. Dicta la clase de Periodismo de Opinión en la Facultad de Comunicación de la U. Javeriana. Jefe de prensa del Instituto Caro y Cuervo.
@catalinapordios
4 comentarios:
¡Hola!
Estem... (no te creas que por el hecho de salir en toalla es el único post que te voy a comentar :) ).
Te quería preguntar, ¿esto tiene relación con un texto, o una canción?
No tengo idea porqué, pero familiar sí me es.
La entonación fue muy buena, el acento perfecto. :)
Vale, un saludo.
P.d.:
Lo de la canción o el texto es sobre si hay algo en específico de tradición literaria relacionada con tu video.
:)
te felicito cata, y un abrazo desde la guajira, me gustan las mujeres asi como tu sin pelos en la lengua como decimos por aqui, echa palante.
El garabato. En Antioquia es un pedazo de palo, casi siempre en forma de horqueta. Una especie de hoz natural, utensilio casero multiusos.
Borges decía (perdón, viejo Borges) que en una canción, o en un poema, la letra era prácticamente irrelevante. Lo importante es el ritmo, la caricia de su cadencia. El embrujo del "garabathe" baranquillero quizá lo explica ese desparpajo caribeño que tanto envidiamos los andinos colombianos. Tu irreverencia, hermosa Catalina, alude -quizás- a un rezago iconoclasta del que tu espíritu (influenciado por manes cachacos) parece querer sacudirse. Las trilladas imágenes de los Carnavales, puestas al servicio del secularizado Turismo internacional, demuestran que las tradiciones populares son víctimas indefensas de los impúdicos intereses comerciales que todo lo inaden y contaminan.
Así como a Leandro Díaz lo justifica una sóla canción, "Matilde Lina", así el Garabato resiste los embates del filibusterismo cultural y aún, con toda franqueza mi bella Catalina, también tu sentida causticidad. Aquí, en Antioquia los mayorcitos sabemos a qué se refiere el "porque te quiero, te aporrio".
Como dice algún poeta: a pesar de que es un amor mustio, sigo amando a mi cuidad.
"Nació de tí, nació de Dios, de la esperanza".
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