viernes, 30 de enero de 2009

Bobo el que se deja


Publicado el 16 de enero de 2009 en la sección de Opinión de EL ESPECTADOR.

AL ENTERARSE DE QUE PATRICIA Ariza, directora de la Corporación Colombiana de Teatro, está acusada de agitar masas para el PC3 de las Farc uno piensa que es una broma.
Más aún cuando entre los argumentos que aparecen en la investigación de la Sijín se incluye que fue hippie y nadaísta, que estudió filosofía y artes, y que fue parte de la Juco. Sus procesos intelectuales y su posición de izquierda son, para los investigadores, un sospechoso pasado, al igual que las actividades sociales que realiza. Se sugiere, en la investigación, que tiene un plan para echarle encima al Gobierno un ejército de ancianas, niños abandonados, y raperos.
La estupidez de este informe de inteligencia sería más chistosa si no fuera porque, a veces, este tipo de investigaciones terminan con el acusado muerto. Un hecho así ocurrió el 17 de septiembre de 2004 en Barranquilla. Meses antes, el profesor Alfredo Correa D’Andreis fue acusado, por tres reinsertados, de dictar conferencias a los guerrilleros. Las tres declaraciones se sustentaban en unas fotos supuestamente tomadas en la Sierra Nevada, en días en que alumnos y profesores vieron a Correa dictando clase y en el cumpleaños de su hija, en Barranquilla. Correa era un hombre pacífico hasta niveles caricaturescos, aún así lo balearon en la calle, pocos días después de ser exonerado.
De lo que se acusa a Patricia (al igual que a Correa) es de “adiestramiento ideológico”. Este crimen es de tan difícil delimitación que me hace preguntar si no somos todos, en alguna medida, adiestradores o adiestrados. Sobre todo, me pregunto por qué los adiestradores siempre opinan en contra del Gobierno: Ariza y Correa son intelectuales comprometidos con la izquierda. Me lo pregunto porque entre diferir con el Gobierno y ser su enemigo, entre opinar y adiestrar, se supone una brecha muy grande. De hecho, si este es un Estado democrático, los disidentes deben considerarse sus principales aliados, porque el encuentro de opiniones diferentes es lo que permite el ejercicio democrático.
El adiestramiento, que se asume más usual con los perros que con los humanos, requiere, como lo enseñó Pavlov, estímulos negativos y positivos sencillos. Si usted hace esto tiene una recompensa (irse de vacaciones en su Twingo) y si no, un castigo (ser investigado por la Sijín). El adiestramiento se hace también por medio de la repetición hasta la náusea de un estribillo. Ante eso, uno podría pensar que RCN (o Radio Casa de Nariño, como la llaman muchos grafitis) es culpable de adiestramiento ideológico. Y bueno, si el adiestramiento ideológico es sencillamente expresar apasionadamente una opinión, también está en vainas Juanes, orgullo nacional y líder de un emporio de camisetas.
A menos de que se cuente con una infraestructura digna de campos de concentración, terapia de electrochoque o la malicia de una buena esposa, el adiestramiento ideológico se reduce a expresar de forma convincente una opinión política. Siendo así, para prevenirlo, no se necesita la cárcel sino una capacidad de análisis mediana y sentido común; después de todo, se asume que los humanos, a diferencia de los perros, pueden escuchar algo y formarse sus propias conclusiones.
La pereza mental, entonces, es la que permite el adiestramiento. Lo curioso es que uno de los objetivos del arte y de la educación es hacer que la gente piense; las actividades artísticas y académicas estimulan nuestra capacidad de análisis. Siendo así no sé cómo es que Correa y Ariza lograrían adiestrar a alguien. Probablemente expresaron su opinión con vehemencia, pero a eso tenemos derecho todos, ¿no? Si alguien decidió creerles no es culpa de ellos, como no es culpa de Uribe que la gente crea a pie juntillas en la Seguridad Democrática. El responsable del crimen no debería ser el adiestrador sino el bobo que se deja.

1 comentario:

Felipe Chávez G. dijo...

Estoy de acuerdo con su planteamiento y que bueno encontrar un blog escrito con inteligencia, en medio de tanta polarización de la blogósfera.

Solo discrepo del ejemplo de su conclusión, pues el problema con AUV es que su "maquinaria ideológica" sí ha cometido crimenes con armas y amenazas.

Las pruebas son los votos de mas de treinta congresistas que para acogerse a sentencia anticipada aceptaron que recibieron colaboración de los grupos "terroristas narcoparamilitares".

Sobra decir que esos votos no se consiguieron con estribillos ni conferencias donde "voluntariamente" los campesinos aceptaron la necesidad de la seguridad democrática, todos sabemos que esos votos fueron conseguidos a sangre, fusil y motosierra; crímenes atroces que le sumaron votos a la elección y reelección de AUV, lo que hace de éste un gobierno ilegítimo.

Muchas gracias por alimentar este blog de argumentos críticos y reflexivos.