lunes, 15 de septiembre de 2008
Mentes criminales
Me conmueve la ternura del doctor Luis Alberto Ramírez, uno de los mayores expertos de Colombia en psiquiatría forense, que fue llamado por Noticias Uno a crear un perfil del facineroso que se robó el grabado de Goya de la Gilberto Álzate Avendaño. Nuestro experto considera que el ladrón es un artista (claro), que tiene resentimiento con las instituciones (otra deducción obvia), y un alto nivel cultural (porque fue capaz de escribir un comunicado). Otra conclusión del doctor Ramírez es que el ladrón no quiere plata, quiere protagonismo y es un posible sicópata.
Nuestro psiquiatra, que debe saber menos de arte que el ladrón, no cae en cuenta, como si lo hace Iris Greenberg en Esfera Pública, de que dicho comunicado es una copia palabra por palabra del comunicado del M19 cuando ocurrió el robo de la espada de Bolívar: “Bolívar, tu espada vuelve a la lucha. La lucha de Bolívar continúa, Bolívar no ha muerto. Su espada rompe las telarañas del museo y se lanza a los combates del presente. Pasa a nuestras manos. A las manos del pueblo en armas. Y apunta ahora contra los explotadores del pueblo. Contra los amos nacionales y extranjeros. Contra ellos que la encerraron en los museos enmoheciéndola…”. El doctor Ramírez no entiende el gesto artístico de nuestro culto sicópata, que retoma el discurso del M19, esta vez para hablar de lo opresoras que resultan las instituciones artísticas en Colombia (pero si capta, como buen Grissom que debe ser, que el facineroso no quiere plata).
El Comando Arte Libre S 11 (es un grupo, no un individuo, esto se le pasó por alto a nuestro experto) probablemente se robó el grabado como protesta al nombramiento de Ana María Alzate como coordinadora de la galería que maneja un poco más de 8.000 millones de pesos anuales destinados a la literatura, las artes plásticas y audiovisuales. La protesta es un tema caliente entre artistas locales como Antonio Caro, incluso hubo un grupo en Facebook para organizar una marcha el 16 de abril en el que 310 navegantes confirmados harían una toma pacífica de la galería bajo el eslogan Nepotismo=Corrupción.
Los organizadores de la marcha resultaron malos gestores culturales porque a la marcha nadie fue y muchos nos enteramos gracias al artículo que publicó Fernando Cárdenas en Arcadia. No se necesita ser un experto en la materia para entender que el gesto del robo del grabado tiene relación directa con esta protesta que también era contra el alcalde Samuel Moreno, cuya foto aparece adjunta al comunicado en un fotomontaje, que sobra y palidece ante el ingenioso robo.
El gesto del Comando Arte Libre S 11 (yo lo llamo gesto porque creo que la acción tiene infinitas connotaciones como obra de arte) nos reafirma el cliché de que los artistas son mucho mejores en las acciones subversivas individuales, como vemos, este segundo intento de protesta ha mojado prensa y ha desconcertado a los medios que tuvieron que hacer la vuelta de llamar a un experto para que les explicara la cosa, que es bastante sencilla: una protesta contra las instituciones culturales oficiales de la ciudad frente a las cuales el Comando toma la posición que tomaba Goya frente a la guerra, y se identifica con el M19 queriendo que el poder de los íconos culturales esté en manos del pueblo y no de las instituciones.
La serie Los desastres de la guerra está enmarcada en la guerra de Independencia (1808-1840) contra los ejércitos napoleónicos. La serie comienza precisamente con Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer en la que se usa una sencilla composición pictórica formada por una figura de rodillas y en actitud suplicante para mostrar la soledad e indefensión del hombre relacionada con la realidad de la guerra que presentía. Goya critica la prepotencia de los pilares de la sociedad estamental, la de los poderosos frente al pueblo en Espiro sin remedio (53), Clamores en verano (54), y Si son de otro linage (61). Por eso la elección de la primera pieza de la serie es un guiño a los artistas de la ciudad que también se sienten indefensos y solos frente a las instituciones culturales que manejan el poder, que no los han metido en la rosca y por eso se quieren rebelar frente a ella.
Más allá de tomar partido, me parece que la protesta del Comando es muy inteligente, además hace sátira de los grupos armados independientes colombianos, y justo en la semana en que se habla de grupos de insurgencia infiltrados en las universidades (ojo, seguro que esos insurgentes le enseñaron al Comando como robarse el grabado y quién sabe qué fechorías más). Estas mentes criminales explotan una forma de protesta típicamente colombiana y la reubican en el mundo del arte (eso es genial porque no se muere nadie), también dinamizan el debate cultural, somnífero conocido, y de verdad nos obligan a preguntarnos qué está pasando con las instituciones artísticas colombianas. ¿Será que hay un monopolio de poder nepotista? ¿Será que tiene algo que ver la realidad política del país?
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1 comentario:
... si supieran cuantos grabados no solo el de goya ha desaparecido aca en colombia.... por ahi andan en las manos de algunos ricachones y politicos corruptos muchisimos grabados y obras que llegaron en la segunda guerra mundial..... y ahora que uno de esos se lo roba un desconocido con porte subversivo .... ahora si pegan el grito...... ojala no lo dañen.
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