viernes, 24 de abril de 2009

La verga



Publicado el 14 de abril de 2009 en la sección de Opinión de EL ESPECTADOR

Aplaudo los malos pensamientos de esos lectores que olvidaron que verga también quiere decir “mástil”, “arco de acero de la ballesta”, “medida antigua equivalente a dos codos” (para risa mía y de las lectoras), y una interjección vulgar para expresar sorpresa, protesta, disgusto o rechazo.

Con esta última acepción quiero referirme a la campaña presidencial del candidato José Galat. Este boyacense, en cuyas mejores fotos se parece un poco a Mr. Burns, opina que con él al mando los valores de la religión católica fortalecerán la seguridad democrática. El problema de tomar una religión como plataforma base es que el Estado deja de ser laico, y amanguala su poder con unas leyes supremas que no todos compartimos (en realidad no son tan supremas). Un estado laico garantiza la pluralidad: yo digo que su campaña es “la verga” en cualquiera de sus acepciones, o todas, o yo qué se, porque puedo: este es un estado laico en el que se me permite hacer lo que yo quiero y decir lo que yo pienso, aun para molestia de los lectores más beatos.

Galat se queja de que el país ha renegado del catolicismo y añora la constitución del 86, porque todo tiempo pasado fue mejor, sobre todo para un cuchito a quien el futuro se le muestra incierto. En su página web dice: “En nuestra insensatez los colombianos no sólo hemos dejado de pedir la paz al único que puede dárnosla, sino que ¡más insensatos todavía! pretendimos que Jesús era el obstáculo para que Colombia lograra la paz y la felicidad. Por eso fue expulsado de la nueva constitución de 1991.” También dice Galat que a los gays los respeta; “podemos ser amigos, pero de ninguna manera vamos a aprobar sus depravaciones”. Este tipo de incongruencias parecen de un misticismo febril, como su plan maestro para la paz de Colombia: rogarle a Dios-santísimo-todo-poderoso.

La propuesta del candidato devuelve el Estado laico colombiano a una premodernidad cristiana donde verga sólo significaría una cosa, dicha muy pocas veces, y quizá entre suspiros para que no se entendiera. Lo que Galat olvida es que la constitución del 91 garantiza libertades individuales que guardan el libre desarrollo de la personalidad y que previenen que se le llame “depravación” a las prácticas privadas e inofensivas de la gente, incluso si en estas prácticas se inmiscuye la palabra verga. Estas libertades antes que atentar contra una paz divina promueven la tolerancia, un valor cristiano que parece pertenecer más a la teoría que a la práctica.

Cuando un Estado gobierna con base en un tipo de moral parcial, como la de Galat, vulnera derechos y libertades fundamentales para aquellas personas con credos minoritarios. Ejemplo de esto se puede ver en situaciones como: la imposición de un tipo de educación religiosa, la negligencia frente a políticas públicas con respecto a los homosexuales, la poca difusión y acceso a métodos anticonceptivos, la penalización del aborto y la eutanasia, entre otros temas en los cuales es evidente la presencia e influencia política de una iglesia particular para impedir el avance en derechos humanos de una población en general.

Esto que los países civilizados llaman “derechos individuales” Galat lo llama “libertad sin freno”. Opina el candidato que estamos sumidos en “todas las instancias oscuras del alma”: el inconsciente, las pasiones, las simples emociones del momento. Estos impulsos carnales, según él, nos han llevado a una “espiritualidad tenebrosa, porque en el fondo de todas las manifestaciones de la Nueva Era, se trasluce como propósito inmediato la autoidolatría y como objetivo ulterior la satanolatría y la satanocracia”.

Galat como rara joya del oscurantismo político es garante de que existe una democracia en la que alguien puede usar el término satanocrácia sin ser dictaminado médicamente como senil. Por Galat no va a votar nadie que yo conozca, pero como este es el país del Sagrado Corazón, donde se guarda el gustico, no me extrañaría que algunos tantos lo hicieran. Está bien. Desde mi espiritualidad tenebrosa me quejo del anacronismo de estos candidatos con campañas-kamikaze, pero también me alegro porque yo quiero vivir en un país en donde pueda decir “verga” en todas sus acepciones, con la tranquilidad de que quienes levanten la ceja sean individuos, y no el Estado.

Tango

martes, 21 de abril de 2009

rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

Sexto Ciclo de Conferencias Modus Operandi, Intriga tropical: cómo entender el Caribe desde sus manifestaciones estéticas. Universidad de los Andes, 20-04-09.

domingo, 19 de abril de 2009

Weekend at Reyes


No soy la única que lo sospecha...

sábado, 18 de abril de 2009

Comics, zombies y Jane Austen

Pienso que debo mi feminismo señoritero, en gran medida, a haberme leído en la adolescencia Orgullo y prejuicio de Jane Austen. El libro me enseñó la, tal vez ingenua premisa, de que no necesito ser tonta y sumisa para que un mancito me quiera. La premisa es bien cambiavidas, sobre todo si uno ha crecido en Barranquilla, una ciudad llena de complacientes mujeres con visitos monos en el pelo. Creo, además, que mis abuelas, dentro de su liberalidad me enseñaro a ser una damita, de la capital, que supiera coser, que supiera bordar, y (aquí es donde salió el tiro por la culata) supiera abrir la puerta para ir a tomar. La tergiversación de la cancion infantil no sería posible si no hubiera tenido modelos a seguir como Elizabeth Bennet: femenina, encantadora, ingeniosa y un tris dificil de domesticar.
Incluso cuando mis innegables torpezas emocionales me hacen creer que me quedaré solterona y pobre, criando dálmatas en Cazucá, pienso que la soledad no puede ser tan mala si Austen pudo ser la mujer que fue, escribir las novelas que escribió y, a diferencia de sus heroínas, no casarse nunca.
Creo que Orgullo y prejuicio es un referente obligado para cualquier chica del siglo XXI, pero no puedo pretender, y menos en la era Facebook, que todo el mundo sea tan nerdo. Por eso me alegra descubrir que Marvel ha sacado una adaptación a novela gráfica del libro, hecha por Nancy Butler, ganadora del Rita Award. Paralelamente se ha publicado Orgullo, prejuicio y zombies, de Seth Grahame-Smith, que se firma como co-autor para dar crédito a la autora original y dejar en claro que lo que escribe es una alteración, en la que Lizzie enfrenta su aguda legua a monstruos comecerebro.
Estas reediciones son chistosísimas y evidencian que las novelas de Austen, en un mundo post-feminista, son más vigentes que nunca. Si las chicas de está época vamos a llenarnos la cabeza de pajaritos pintados mejor que estos canten que podemos ser autónomas, independientes y felices. Eso se puede aprender con buena literatura, no sólo con los libros de autoayuda de las cajas de los supermercados.
A continuación un pasaje de Pride Prejudice and Zombies, que prometo traducir cuando tenga más tiempo.

"As Mr. Darcy walked off, Elizabeth felt her blood turn cold. She had never in her life been so insulted. The warrior code demanded she avenge her honour. Elizabeth reached down to her ankle, taking care not to draw attention. There, her hand met the dagger concealed beneath her dress. She meant to follow this proud Mr. Darcy outside and open his throat.
But no sooner had she grabbed the handle of her weapon than a chorus of screams filled the assembly hall, immediately joined by the shattering of window panes. Unmentionables poured in, their movements clumsy yet swift; their burial clothing in a range of untidiness. Some wore gowns so tattered as to render them scandalous; other wore suits so filthy that one would assume they were assembled from little more than dirt and dried blood. Their flesh was in varying degrees of putrefaction; the freshly stricken were slightly green and pliant, whereas the longer dead were grey and brittle – their eyes and tongues long since turned to dust, and their lips pulled back into everlasting skeletal smiles.
A few of the guests, who had the misfortune of being too near the windows, were seized and feasted on at once. When Elizabeth stood, she saw Mrs. Long struggle to free herself as two female dreadfuls bit into her head, cracking her skull like a walnut, and sending a shower of dark blood spouting as high as the chandeliers."




miércoles, 15 de abril de 2009

Derecho pa'l mar

Straightway to the Sea
Muelle de Puerto Colombia
diciembre de 2008

Straightway to the Sea from Gabriel Castillo on Vimeo.

jueves, 9 de abril de 2009

Víctimas de la moda



Publicado el 27 de marzo de 2009 en la sección de Opinión de EL ESPECTADOR

“Fighters+Lovers” se define a sí misma como una organización que trabaja en el límite entre la moda, la cultura y la política, y que aboga por la solidaridad y el derecho de la libertad, por medio de ropa bien “funky”, accesorios y eventos culturales. La última colección se llama “La era de la liberación” y tiene lindos estampados de abejitas junto a siglas de las Farc.

Yo comparto esa ingenuidad-hippie-de-burguesita-de-izquierda y me gusta pensar que se puede salvar al mundo con camisetas. Lo que no me parece factible es salvar al mundo partiendo de la tontería de que toda organización que se llame a sí misma revolucionaria tiene derecho a la guerra.

Los integrantes de la firma de ropa danesa fueron condenados por El Tribunal Supremo de Dinamarca por intento de apoyo económico a las Farc y al FPLP palestino. Todas las penas de prisión fueron condicionales, en realidad lo que la firma recibió fue un coscorrón jurídico, porque seguro El Tribunal Supremo piensa, como yo, que más que un peligro son niños ingenuos, que como no tienen suficientes problemas en su propio país necesitan la emoción del nuestro.

En la página web de la marca aparece un corto panfleto donde le explican a sus coterráneos qué es lo que pasa con la guerra colombiana. La cosa se pone buena cuando citan a James Petra, sociólogo de la Binghamton University, quien aparentemente dice que las Farc sólo atacan fuerzas militares, nunca civiles inocentes, y defienden las cosechas de los pobres campesinos frente a los ataques del gobierno que arrasa con todo. Dicen que las Farc ni producen ni exportan drogas, que sólo se les llama narcoguerrilla gracias a una campaña de desprestigio conducida por Uribe para recibir fondos de EEUU. Finalizan con esta joya: “Las Farc también son un importante promotor de la cultura y manejan varias estaciones de radio en el territorio colombiano. Han producido 23 álbumes, con música tradicional colombiana como cumbia, salsa y vallenato.”

¿Qué ha llevado a “Fighters+Lovers” a creer estas cosas? Además de su evidente flojera para la investigación (su manifiesto sólo cita a Petra y a “Iván Cepedo”, y fuera de contexto); creo que hay dos factores de fondo que los motivan a pensar que las Farc necesitan sus camisetas. Lo primero es una visión europea paternalista y llena de culpa, hacia todos los países con traumas poscoloniales. Ciertos círculos de jóvenes, educados con películas de Disney, se dan cuenta de la atrocidad del proceso de colonización de los países del tercer mundo y empatizan con cualquiera que ataque un régimen cualquiera.

La segunda razón, la que me preocupa, es que así como su comprensión del problema colombiano está llena de absurdos, también aciertan en muchos puntos. Es cierto que la situación de los derechos humanos en Colombia en los últimos 20 años ha sido crítica, que ha habido muchas víctimas del paramilitarismo, falsos positivos falsas acusaciones, crímenes contra minorías, ataques a la libertad de expresión, y un gobierno que solapadamente aspira a 12 años en el poder. Es decir, nadie se frunce cuando nos dicen “régimen” o “gobierno autoritario” porque hay algo de cierto en eso. También es cierto que las Farc, entre otras muchas cosas, son un grupo rebelde que tiene por enemigo un gobierno de derecha. Eso es suficiente razón para que un europeo desinformado se crea el cuento de que las Farc son un grupo de producción de música folclórica.

Estas camisetas serían una simple bobada si no fuera porque la situación evidencia que para que el mundo nos crea que las Farc son terroristas no basta mostrar sus atrocidades. También hay que mostrar un gobierno que no parezca el antagonista clásico de un grupo revolucionario. Cada aparición de Uribe como un patrón-patriótico los legitima como grupo rebelde. Si el gobierno quiere cambiar la buena imagen de las Farc en el exterior tiene que cambiar también su mala imagen y esto es difícil, porque en que en muchos aspectos, no es sólo una imagen.

¿Un periódico de ayer?



Publicado el 29 de marzo de 2009 en la Revista Dominical de EL HERALDO.

Siempre hay alguien que defiende el impreso. Cada vez que los espeluznantes índices de crisis de la prensa impresa nos obligan a preguntarnos si el papel está destinado a desaparecer, alguien dice “no, el papel no morirá”.

Entonces, con un romanticismo victoriano, ese alguien habla de su olor, de su textura, de la tinta, de la tradición. Dice, que es portátil, que lo puede subrayar, apropiárselo, en fin, virtudes que la tecnología ya reemplaza con creces.

Ni siquiera hablar de las ventajas milenarias del periódico para llevarlo al baño resulta un argumento viable: hoy en día se empiezan a desarrollar aparatos como el Kindle (dispositivo de lectura, que es a los libros lo que fue el Ipod a los cedés), perfectamente portátil y que permite cargar una biblioteca entera en un solo dispositivo.

Existen varias organizaciones como www.newspaperproject.com, que nos explican, —vía web, para mayor ironía— por qué el impreso es indispensable. Lo que parece más desesperado de estas campañas es que el impreso se ha aliado con los medios virtuales pensando que si no puede con su enemigo debe unirse a él, y esta posición es una franca derrota.

La industria editorial impresa se enfrenta hoy en día a 3 problemas: el primero es que casi toda la información en Internet es gratuita, y accesible en cualquier parte, el segundo es que muchas personas leen cada vez menos y se desesperan cada vez más rápido con un texto largo, y el tercero es que no solo el papel es carísimo; su competencia directa, Internet, es prácticamente gratis en comparación.

Es cierto que es mucho más cómodo leer en papel que en una pantalla, sin embargo, la producción masiva de impresos es insostenible. Para fabricar una tonelada de papel a partir de celulosa virgen se necesitan 2.400 kilos de madera, 200.000 litros de agua y cerca de 7.000 Kw/h de energía. Tanto esfuerzo debe dedicarse a objetos que permanezcan en el tiempo.

Los libros son objetos bellísimos a los que uno puede volver a lo largo de su vida, y esta calidad de objetos de memoria puede justificar el papel. El papel será cada vez más caro, por eso su uso debe orientarse a impresos con textos y factura tan exquisitos, que valga la pena coleccionarlos.

El periódico, en cambio, es “sensacional cuando salió en la madrugada, a mediodía ya noticia confirmada y en la tarde materia olvidada”. Las noticias escuetas y claras están cubiertas por la red, que tiene la ventaja de ser inmediata.

Las noticias impresas tienen la desventaja de que son costosas y su vida es corta: nadie lee el periódico de ayer. Mientras los periódicos en Internet cumplan las mismas funciones de los periódicos impresos, estos últimos están destinados a morir.

Dicha muerte puede ser una ganancia. Durante mucho tiempo se pensó que un buen artista era aquel que podía representar la realidad lo más acertadamente posible en medios plásticos, como la pintura y la escultura.

El arte de ese entonces era útil, permitía la creación y reproducción de imágenes. Con la aparición de la fotografía muchos pintores fueron reemplazados y se vaticinó, como ya había pasado en el Romanticismo, la muerte de la pintura.

Lo que sucedió fue maravilloso: superado el problema técnico de la reproducción de la imagen, los pintores empezaron a reflexionar sobre el material, el soporte y la forma en que veían el mundo.

De ahí nacieron el Impresionismo, el Fauve, el Expresionismo, en fin, todas las vanguardias del siglo XX. La fotografía fue un avance tecnológico que liberó a la pintura de una función práctica y utilitaria, Internet podría representar lo mismo para los medios impresos. Una eventual muerte de la prensa impresa como la conocemos puede ser irremediable pero también es algo liberador: el impreso debe convertirse en algo que realmente no pueda ser reemplazado por Internet.

El caso de países como Colombia es interesante. Solo una minoría es tecnoletrada, y eso hace que la prensa diaria sea necesaria aún, lo cual no nos impide empezar a pensar desde ya en cómo transformar el periódico cuando su cambio sea inminente. Mientras más pronto inventemos un nuevo lenguaje para el impreso, mejor preparados estaremos.

Definitivamente, la solución no es disminuir la calidad en la carrera por ser más rápido que Internet. El periódico debe recuperar el prestigio editorial que tenían los impresos antes de abalanzarse al papel con errores de redacción y ortografía, para ganarle la carrera a los medios virtuales. Internet no es perfecta, no hay editores ni criterios de calidad, y todo el mundo puede publicar. La dignidad y calidad del impreso, que es una de sus ventajas, la que hay que enfatizar, sirve para abrir una brecha que lo independice, como medio, de la Internet.

Fortalecer cualidades como la credibilidad y diferenciarse de la Internet es lo que puede salvar a los impresos. El periódico podría también explorar sus posibilidades tridimensionales, como lo han hecho con creces ilustradores y artistas plásticos que se han dedicado al libro arte. Un buen ejemplo colombiano es Alejandro Castaño, (http://www.casazi.com/english/books.html), que experimenta con laminilla de oro, fuego, tipografías y soportes para crear libros-objeto profundos y sutiles, como un haikú.

Volverse un objeto de colección hace que valga la pena guardar el impreso y así este no se convierte, al día siguiente en la solución para los orines del perro. Se podría dedicar el impreso a la memoria y la red a la inmediatez.

La prensa impresa ya no se necesita para informar, la prensa impresa es un artículo de lujo que debe entenderse a sí mismo como tal, explorar sus posibilidades; de diagramación para proponer algo que no pueda encontrarse en Internet, de análisis para exigir un tiempo propio, y de su gran virtud: ser un objeto, tridimensional, palpable, mucho más que información.

La ganancia de los impresos del futuro está, no en la información que contienen sino en su valor como objeto (de lujo, de fetiche, de memoria). La prensa impresa como substancia se ha desligado de su contenido. La añoranza por el papel es válida, pero la añoranza de las noticias impresas es tonta, porque la función del periódico como soporte de información es obsoleta. Los periódicos deben encontrar una función en sí, que los redefina como objeto de colección y consumo, y olvidarse de lo que fueron una vez para no tener un problema tan indigno como la competencia con un medio advenedizo pero tremendamente eficiente: la Internet.

Papel: apuntes sobre las ventajas de un clásico

1.Profundidad Vs. velocidad. El papel, más que un soporte, debe convertirse en un objeto de lujo que puede aprovechar lo que Internet no tiene. Su tridimensionalidad, y la posibilidad de explorarlo con todos los sentidos, son ventajas que hacen de los impresos plataformas para desarrollar contenidos en los que prime la profundidad y la narración detallada de los sucesos.

2. Fortalecer la credibilidad. Internet es tierra de nadie, por eso no es extraño encontrarse con textos de los cuales ignoramos su procedencia o su veracidad. Uno de los valores agregados de un buen impreso es que, antes de ser enviado a la prensa, un editor se ha tomado el trabajo de escogerle a sus lectores qué leer. Un impreso bien editado tiene dignidad y genera mucha más confianza de la que jamás podrá generar un medio virtual.

3. Calidad antes que cantidad. El espacio de los impresos será el de la exclusividad, el detalle, la narración, la exquisitez y la memoria. Hay que sacrificar cantidad (para eso está Internet) por calidad. Cuando el impreso deja de ser masivo se vuelve un objeto de deseo, de colección, y se valoriza.

4. Reinventar el lenguaje. El impreso debe tener un lenguaje propio, imposible de emplear en otro soporte. El reto es acercar este ‘idioma’ a los lectores.

Reinterpretación postmoderna de la diatriba carnavalera