sábado, 31 de enero de 2009

Harry Potter y la conspiración zionista


Este documental salió al ire en el canal de noticias iraní IRINN en diciembre, y hace poco se tradujo y se publicó en la página web del Jerusalem Post. En el video se comenta cómo el universo de Harry Potter es en realidad una cospiración zionista que, desde el Kaballah, busca convencer a mentes jovenes para unirse al Zionismo Global (¿?). "Ya que no hay una forma fácil de alejarse de la brujería es mejor unírsele." (Buen punto).

viernes, 30 de enero de 2009

Bobo el que se deja


Publicado el 16 de enero de 2009 en la sección de Opinión de EL ESPECTADOR.

AL ENTERARSE DE QUE PATRICIA Ariza, directora de la Corporación Colombiana de Teatro, está acusada de agitar masas para el PC3 de las Farc uno piensa que es una broma.
Más aún cuando entre los argumentos que aparecen en la investigación de la Sijín se incluye que fue hippie y nadaísta, que estudió filosofía y artes, y que fue parte de la Juco. Sus procesos intelectuales y su posición de izquierda son, para los investigadores, un sospechoso pasado, al igual que las actividades sociales que realiza. Se sugiere, en la investigación, que tiene un plan para echarle encima al Gobierno un ejército de ancianas, niños abandonados, y raperos.
La estupidez de este informe de inteligencia sería más chistosa si no fuera porque, a veces, este tipo de investigaciones terminan con el acusado muerto. Un hecho así ocurrió el 17 de septiembre de 2004 en Barranquilla. Meses antes, el profesor Alfredo Correa D’Andreis fue acusado, por tres reinsertados, de dictar conferencias a los guerrilleros. Las tres declaraciones se sustentaban en unas fotos supuestamente tomadas en la Sierra Nevada, en días en que alumnos y profesores vieron a Correa dictando clase y en el cumpleaños de su hija, en Barranquilla. Correa era un hombre pacífico hasta niveles caricaturescos, aún así lo balearon en la calle, pocos días después de ser exonerado.
De lo que se acusa a Patricia (al igual que a Correa) es de “adiestramiento ideológico”. Este crimen es de tan difícil delimitación que me hace preguntar si no somos todos, en alguna medida, adiestradores o adiestrados. Sobre todo, me pregunto por qué los adiestradores siempre opinan en contra del Gobierno: Ariza y Correa son intelectuales comprometidos con la izquierda. Me lo pregunto porque entre diferir con el Gobierno y ser su enemigo, entre opinar y adiestrar, se supone una brecha muy grande. De hecho, si este es un Estado democrático, los disidentes deben considerarse sus principales aliados, porque el encuentro de opiniones diferentes es lo que permite el ejercicio democrático.
El adiestramiento, que se asume más usual con los perros que con los humanos, requiere, como lo enseñó Pavlov, estímulos negativos y positivos sencillos. Si usted hace esto tiene una recompensa (irse de vacaciones en su Twingo) y si no, un castigo (ser investigado por la Sijín). El adiestramiento se hace también por medio de la repetición hasta la náusea de un estribillo. Ante eso, uno podría pensar que RCN (o Radio Casa de Nariño, como la llaman muchos grafitis) es culpable de adiestramiento ideológico. Y bueno, si el adiestramiento ideológico es sencillamente expresar apasionadamente una opinión, también está en vainas Juanes, orgullo nacional y líder de un emporio de camisetas.
A menos de que se cuente con una infraestructura digna de campos de concentración, terapia de electrochoque o la malicia de una buena esposa, el adiestramiento ideológico se reduce a expresar de forma convincente una opinión política. Siendo así, para prevenirlo, no se necesita la cárcel sino una capacidad de análisis mediana y sentido común; después de todo, se asume que los humanos, a diferencia de los perros, pueden escuchar algo y formarse sus propias conclusiones.
La pereza mental, entonces, es la que permite el adiestramiento. Lo curioso es que uno de los objetivos del arte y de la educación es hacer que la gente piense; las actividades artísticas y académicas estimulan nuestra capacidad de análisis. Siendo así no sé cómo es que Correa y Ariza lograrían adiestrar a alguien. Probablemente expresaron su opinión con vehemencia, pero a eso tenemos derecho todos, ¿no? Si alguien decidió creerles no es culpa de ellos, como no es culpa de Uribe que la gente crea a pie juntillas en la Seguridad Democrática. El responsable del crimen no debería ser el adiestrador sino el bobo que se deja.

viernes, 16 de enero de 2009

Algo más que un sánduche para Jerónimo


Publicado el 2 de enero de 2009 en la sección de Opinión de EL ESPECTADOR.

LEÍ CON GRAN SORPRESA LA ENTREvista que le hizo El Tiempo a Jerónimo Uribe sobre la incertidumbre de la reelección.
El joven Uribe no parece estar tan preocupado por la decisión de su padre; antes, repite con vehemencia, que el presidente no aspira a un tercer mandato. Esta insistencia es la que me sorprende, sobre todo* porque Jerónimo dice que nunca le ha preguntado a su padre si piensa volverse a lanzar, y que él, como todos en este país, encuentra sus respuestas en la interpretación de las acciones del Mandatario: un oficio meteorológico, difícil por el carácter tempestuoso de nuestro Presidente.
Sabemos que doña Lina quiere mudarse de casa, y por la entrevista a su hijo menor, él también parece querer irse a vivir a un apartamento, y lo dice muy fácil, como si esta mudanza no requiriera un nuevo hogar con un gran sótano donde guardar el equipaje político de su padre. Lo expresa de forma tan sencilla que concluye que su plan maestro es prepararse un sánduche el 8 de agosto del 2010 (es la única comida que sabe hacer solito).
Aunque blandas y esquivas, las respuestas reafirmaron lo que queremos muchos, que el Presidente se retire, eso sí, ojalá no lo haga para montar una U-niversidad, como nos anuncia Jerónimo que es uno de sus planes. Tan reafirmante fue el joven Uribe que casi le creí. Pero una cosa es lo que dice el niño y otra los hechos, que, como señala María Jimena Dussán indican que el Presidente sí quiere la segunda reelección.
¿No advierte Jerónimo que los hechos contradicen sus palabras? ¿No duda porque le da lo mismo poder hacerse su sánduche o pedirlo a las cocinas de Palacio? ¿Es porque es tan crédulo como somos la mayoría de los colombianos? ¿O porque la familia presidencial está decidida a hacernos creer que Uribe no se vuelve a lanzar?
El Presidente no da ninguna contestación, mientras todos le miramos su poco trasparente cara, como si fuera una mística bola de cristal en la que podremos interpretar la respuesta. Uribe ya no tiene a su favor el crecimiento económico de Latinoamérica, ni el apoyo de Bush, coyunturas que colaboraron a la buena fama de su administración. Su reticencia a dar respuestas claras pone nervioso hasta al más intenso furibista.
Dicen que la inteligencia camina por la sombra y que los hombres astutos, en vez de anunciar lo que van a hacer, simplemente lo hacen. Según Carlos Ferro, presidente del Partido de la U, Uribe sólo se pronunciará cuando el proyecto del referendo esté totalmente aprobado en el Senado, es decir, nos esperan seis u ocho meses de incertidumbre en los que Jerónimo soñará con ir a hacer mercado en su carro y prepararse un sánduche, y el resto de Colombia pondrá de cabeza el santo de su predilección para que Uribe se lance, o no se lance.
Sabiamente, el menor de los Uribe dice que si el Presidente no expresa que se postula, él asume que no lo hará. ¿Qué pasaría si todos, simplemente, asumiéramos que no nos espera una dictadura y siguiéramos adelante con nuestros planes de vida sin darle importancia a los gestos y guiños del Presidente? Quién quita que de verdad tenga poder el pensamiento positivo, y que, si dejamos de preocuparnos por sus declaraciones, el país deje de estar a merced de los caprichos de un solo Señor y tome su rumbo independiente. Si algún candidato quiere tumbar a Uribe, debe comenzar una campaña agresiva, convencido, como Jerónimo, de que el Presidente se mudará de su actual residencia en 2010. Dejemos de esperar a ver qué decide Uribe y hagamos cosas. Es más, yo me ofrezco a prepararle al delfín una comida más sustanciosa, siempre y cuando no sea en las cocinas de la “Casa de Nari”.

*El sobretodo
Esta insistencia es la que me sorprende, sobretodo porque Jerónimo dice que nunca le ha preguntado a su padre.... Catalina Ruiz Navarro, El Espectador (09-01-02).
La juventud de hoy en día, doña Catalina, no usa sobretodo, aquí debe ser en dos palabras: “sobre todo porque Jerónimo...”.
Gazapera, 6 de enero de 2009.

viernes, 2 de enero de 2009

Un motivo para brindar

Publicado el 19 de diciembre de 2008 en la sección de Opinión de EL ESPECTADOR.

MI PRIMERA REACCIÓN CUANDO EScuché comentar a Gossaín, en su editorial del martes, que varios congresistas consumían licor mientras se debatía el proyecto de ley en favor de las víctimas del conflicto armado, fue sumarme a su indignación.
Entonces me di cuenta de que era la primera vez que no me divertía una historia como ésta, tan apropiada para las festividades decembrinas. El proyecto de las víctimas seguro que no se distinguía por sus frases ingeniosas o su exposición amena y los miembros de la Cámara debían estar cansados. ¿Será que yo, de haber estado ahí, habría rechazado el whiskicito?

¿Por qué no van a tomar los parlamentarios si en Colombia tomamos cuando perdemos, ganamos o empatamos? El trago lo tenemos metido en los cimientos más hondos de nuestra historia. A la chicha, entre otras cosas, le debemos importantes sucesos de la vida nacional: se sospecha que el estallido de independencia del 20 de julio fue posible gracias a una muchedumbre enardecida por el trago, como la que lanzó machetazos enloquecidos el 9 de abril.

Definitivamente preferiría que los congresistas tomaran decisiones y no trago, al menos mientras están trabajando, pero más que indignarme me pregunto cuál es la razón que animó a los parlamentarios a tener este comportamiento y no poder aguantarse a llegar a sus casas para no hacer semejante oso. La respuesta más evidente es la inmadurez de nuestros congresistas, que querían pasarse de chistosos, pero también hay que tener en cuenta que han tenido unos días muy estresantes.

Dice La FM que “Según Guillermo Rivera, la exaltación y la furia durante su intervención se debió a que ésta, según sus compañeros, dilataría mucho más la discusión de los proyectos de ley que antecedían a la del referendo”. El martes se vencía el plazo para aprobarlo y estaba bastante empantanado. Dice la revista Semana que el Gobierno empezó a meter una fuerte presión desde el sábado para que se aprobara. Si yo fuera parlamentario pensaría que todo eso amerita un whisky. Los hilos del poder los tenían del cuello. Tanto así que el referendo tocó aprobarlo en horas extras, a riesgo de que Uribe se quedara sin aguinaldo. Si esta era la razón para estar tomando, me parece comprensible.

Cualquier razón, de hecho, me resultaría comprensible, pero preocupante. Primero porque tomar a escondidas siempre es de mal gusto; y segundo, porque lo que decidieron me afecta a mí directamente como colombiana, y dudo mucho que si resultan ser malas decisiones nos vayan a brindar un whiskicito para no tragar en seco. El suceso del lunes quedará en lo anecdótico, pero nos deja la pregunta de qué tanto de nuestra política está pasada por whisky, más aún cuando muchas de nuestras leyes parecen dictadas en letra pegada.

¿Por qué tomaban los parlamentarios? ¿Pidieron el trago a través del Correo de la noche? ¿Se lo tomaron en pocillos de tinto, y sin hielo? ¿Brindaban en contra o a favor de la ley de víctimas? ¿Tal vez porque ninguno de los proyectos les importaba lo suficiente para debatirlos con lucidez? Tal vez simplemente lo hicieron porque tienen la justificación étnica de ser colombianos, o porque las pocas horas de vida que tenía la aprobación del referendo eran un problema que el Gobierno debía solucionar y, como dice Villazón, “todo todo se puede arreglar, todo todo, gracias al Old Parr”. Cualquiera que haya sido el motivo de los parlamentarios para brindar, espero que al abrir la botella hayan echado un trago por los muertos (particularmente por los de Soacha).